La mermelada se elabora con piezas de fruta entera, troceada o triturada que se cuece con azúcar y debe llevar un contenido de fruta de al menos un 30%. Su consistencia es semi-líquida. Si el contenido de fruta es superior al 50% es una “mermelada extra”. Actualmente es muy fácil encontrar mermeladas con un 60% de fruta.
Las confituras, en cambio, se preparan con la piel o la pulpa de la fruta cocida en almíbar, lo que supone una mayor cantidad de azúcar en el resultado final, así como una textura más gelatinosa, al llevar agua en la mezcla. La cantidad mínima de fruta debe ser del 35%, y si el contenido es igual o superior al 45%,hablamos entonces de “confitura extra”.
En las confituras la cantidad de azúcar es superior a la de las mermeladas. Entre las ventajas de mermelada sobre la confitura es que resultan más ligeras ya que confituras y jaleas requieren mayor cantidad de azúcar para compensar el sabor amargo de las cáscaras por lo que si estáis preocupados por vuestra línea mejor escoged la mermelada que sólo lleva fruta, azúcar y pectina (espesante natural) y ácido cítrico como conservador. Muchas llevan otros aditivos (por supuesto autorizados) que personalmente no los veo justificados. Los fabricantes argumentan que es para que tengan una fecha de caducidad más larga pero las mermeladas tienen una vida muy larga debido a la cantidad de azúcar que llevan.
Si disponéis del tiempo y las ganas de preparar vuestra propia mermelada en casa ¡mejor que mejor! Hay recetas realmente sencillas que merece la pena probar
En este mismo blog podéis consultar Cómo preparar una mermelada de naranja amarga.