2 raciones
INGREDIENTES
4 flores macho de calabacín
40 g de queso ricotta
15 g de parmesano rallado
1 ramita de perejil
1 ramita de menta
2 hojas de cebollino
2 hojas de albahaca grande
1 pizco de pimienta
200 g de angulas sucedáneas
1 diente de ajo
1 guindilla
1 tomate
1/4 de cebolla
1/2 limón
Salmorejo espeso
5 hojas de lechuga
Reducción de vinagre de Módena
Aceite de oliva
2 ramitas de albahaca de hoja pequeña (opcional)
Sal de carbón (opcional)
ELABORACIÓN
Al menos aquí, esta receta requiere de muchísimo tiempo, pues lo primero que tenemos que hacer es plantar los calabacines ya que no se venden las flores en ningún sitio.
Cuando ya tengamos los calabacines en flor, veremos que hay dos tipos de flores, las hembras, que tienen el calabacín pegado, y las macho que tienen tan solo un tallo. Para esta receta, utilizaremos flores macho.
Las he cortado por la mañana, cuando estaban abiertas, pues así es más fácil rellenarlas. De todos modos, he usado dos cerradas para probar y también me han servido, aunque se me rompieron un poco al tratar de abrirlas.
Lo primero que debemos de hacer es preparar el salmorejo para dejarlo enfriando en la nevera.
Después, mezclamos los 40 g de ricotta con 15 g de parmesano y añadimos dos hojas de menta picada, la rama de prejil, una de cebollino, una de albahaca de hoja grande y un pizco de pimienta. Al quitar las flores, he cortado sin querer una pequeñita que he añadido al relleno, así que si se os rompe alguna, podéis echarla.
Una vez bien mezclado, lo metemos en la nevera tapado.
Para preparar las angulas sucedáneas, picamos un diente de ajo y lo ponemos a dorar con un poco de aceite y una guindilla en una sartén.
Cuando comience a estar dorado, añadimos las angulas sucedáneas, revolvemos y dejamos a fuego muy suave para que se mantengan calientes.
Ahora, cogemos las flores y les cortamos el pistilo.
Cortamos también el tallo.
Las lavamos bien y reservamos.
Cogemos la mezcla del queso y la dividimos en cuatro porciones, es posible que si enfrió lo suficiente, podamos hacer bolas.
Colocamos cada una de las bolas en el medio de la flor de calabacín, cerramos los pétalos y enroscamos con cuidado.
Vamos poniendo las flores en un recipiente para cocerlas al vapor.
Ponemos agua a hervir y, cuando esté bien caliente, colocamos las flores y las cocinamos durante cinco minutos.
Mientras se calienta el agua, picamos el tomate y la cebolla en cuadraditos.
Cogemos también el resto de especias que nos sobran y las picamos bien también.
Mezclamos el tomate, la cebolla, las especias y añadimos un poco de pimienta y el zumo de limón. Revolvemos.
Ahora que ya está todo listo, limpiamos las hojas de lechuga y las troceamos.
Las colocamos sobre un plato y las aliñamos con la reducción de módena y aceite.
Ponemos sobre la ensalada la mezcla de tomate y cebolla, y las angulas sucedáneas.
Al lado de la lechuga, colocamos un poco de salmorejo y, sobre él, ponemos las flores de calabaza.
Decoramos con las hojas de albahaca pequeña y la sal de carbón.
Servimos acompañada del resto del salmorejo para aliñar la ensalada con él.
Fuente: este post proviene de A Veces Cocino, donde puedes consultar el contenido original.
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