Presento pocas ensaladas, porque suelo prepararlas para las cenas y las fotos con luz artificial al 100 x 100 no terminan de gustarme. Prefiero aprovechar la luz del día y completarla o corregirla con las luces de estudio. Pero esta receta de ensalada, sea por su sencillez o por la calidad del hinojo al natural, es deliciosa, me encanta y la hice de día.
En España no es muy corriente usar el bulbo del hinojo en fresco. Tiene un toque anisado delicioso y da un frescor espectacular en las ensaladas y además es muy digestivo y los “sabios” dicen que ayuda a regular los niveles de colesterol.
Vamos a usar para cuatro comensales:
½ bulbo de hinojo cortado en juliana
Cuatro puños de hojas de espinaca, literalmente, uno por plato
1 tomate hermoso y entero
Queso fresco, un par de días cortado en trozos grandes, con un poco de sal, para deshidratarlo un poco. Si es verano, o primavera, en la nevera, jijiiiji. Cantidad a gusto del consumidor
Albahaca a discreción, cortada con desprecio
Un puñado de aceitunas negras de Aragón
1 cucharada de sésamo, tostado en la sartén, con una gotita de aceite de oliva virgen extra a fuego medio, hasta que empieza a soltar ese delicioso aroma.
Sal y pimienta negra recién molida al gusto
Dos partes de aceite de oliva virgen extra por cada parte de vinagre. ¡Ah!, primero la sal, luego el vinagre para que se disuelva la sal y al final el aceite.
Tan fácil, como pelar el hinojo y cortarlo. En juagar las verduras, secarlas y cortarlas, vamos, el tomate y las espinacas. Desmenuzar el queso con las manos.
Juntamos todo en un bol, y aderezamos con la vinagreta, vamos, con la sal la pimienta negra, el vinagre y la sal. Vertemos por encima el sésamo tostado y tenemos una ensalada estupenda y muy rápida.
Espero la disfrutéis. Besos a todas, a todos, a.., en fin, besos, muchos besos.