Hoy traigo todo un clásico de la cocina danesa, y nórdica en general: las famosas frikadeller! En esta ocasión se trata de fiskefrikadeller o fiskedeller, o sea, frikadeller de pescado. Se suele traducir como albóndigas, aunque yo creo que son claramente diferentes, en esencia, pero como queráis. Existen numerosas variantes: con atún, salmón, gambas, pescados ahumados, etc... pero la grundopskrift, la receta básica, es con bacalao (torsk) fresco y es la que os traigo yo hoy. Antes de seguir con la receta me gustaría recordar a mi querida amiga Inma. Juntas aprendimos esta receta de la mano de su suegra Birthe, una fantástica mujer y cocinera con la que, espero, aprenderé muchas más recetas danesas deliciosas.
Aquí en Dinamarca es muy común acompañar las frikadeller (al igual que otros platos) con salsa remoulade. Esta salsa a base de mayonesa, mostaza y/o curry, a la que frecuentemente se añade también un picadillo de pepinillos, alcaparras y algunas hierbas (estragón, perejil...), es muy popular en Escandinavia. Aunque de origen francés, los países nórdicos la han adoptado como suya y en Dinamarca se encuentra en todos los supermercados. Por supuesto, si la hacemos casera mucho mejor. Yo en esta ocasión os traigo una versión que me inventé muy sencilla, y además bastante aligerada, que queda estupenda.
Vamos con las recetas:
INGREDIENTES
500 gramos de bacalao limpio, sin espinas ni piel.
1 cebolla
1 o 2 cucharadas de harina
1 huevo
25 ml de leche (o agua)
1 cucharadita de levadura química (tipo Royal)
Sal
Pimienta negra molida
Perejil (opcional)
Aceite de girasol
Mantequilla o margarina Para la salsa Remoulade:
Queso fresco batido (mostaza y/o creme fraiche en la versión original)
Mostaza (de buena calidad)
Curry en polvo
Cúrcuma
Cebolla
Pepinillos (encurtidos, en vinagre)
Alcaparras (yo no puse)
Hierbas: perejil, estragón... (opcional) PREPARACIÓN
- Con un robot de cocina picamos el bacalao. Cuidado con no hacerlo puré. Los trozos algo grandes no importan, le dan incluso más "gracia" al asunto.
- A continuación picamos la cebolla y la añadimos. Si vemos que es necesario, damos un pulso más con la trituradora.
- Añadimos la leche, el huevo, la levadura, la harina y el perejil (si decidimos ponerlo. Yo no lo puse). Salpimentamos al gusto y mezclamos bien. Yo vuelvo a triturar un poquito más y queda perfecto.
- Ahora toca formar las frikadeller. A diferencia de las de carne, las de pescado no deben quedar esféricas (como nuestras albóndigas), si no un poco aplastadas (como en la foto). Para darles forma nos ayudaremos de una cuchara sopera. Cogemos la masa y la vamos moldeando en la mano, ayudándonos de la cuchara. Es la mejor forma de hacerlo. Mejor que con dos cucharas o solo con la mano. Debemos coger una buena cantidad de masa cada vez, para que queden grandecitas. Las frikadeller siempre grandes! =D
- Para que no se nos pegue la masa, sumergimos la cuchara en agua antes de coger la masa con la misma. Repetiremos la maniobra cada vez que vayamos a coger más masa.
- En una sartén calentamos la misma cantidad de aceite y de mantequilla (o margarina si lo queremos hacer un poco más light). Por lo visto así se fríen mejor, dando sabor pero sin aportar demasiada untuosidad. Cubrimos generosamente el fondo de la sartén (sin pasarnos, no hay que sumergir las frikadeller como se haría con nuestras croquetas, por ejemplo).
- Freímos a calor medio-alto durante unos 10-12 minutos por cada lado, moviendo de vez en cuando la sartén y las frikadeller para que no se nos peguen. Hay que asegurarse de que se hagan bien por dentro (yo las voy pinchando con un palillo). Por fuera deberían tener un color dorado, incluso marrón (no es quemado, pero vigilad).
Iremos añadiendo más aceite y margarina según vayamos necesitando (un poco a ojo).
- Pasado el tiempo de cocinado, y asegurándonos de que estén bien hechas, las sacamos y dejamos enfriar lo justo para que no nos quemen. Frías del todo también están muy buenas. Se pueden acompañar casi de cualquier cosa y están deliciosas. En nuestro caso, lo haremos de salsa remoulade.
- Para preparar la salsa, picamos la cebolla y los pepinillos en trocitos pequeños.
- Los ponemos en un bol y, según la cantidad que tengamos, añadimos las cucharadas necesarias de queso fresco batido (o mayonesa). Añadimos también algo de mostaza. Lo necesario para dar color y algo de sabor, al gusto. He visto recetas que ponen mostaza, otras curry y otras las dos cosas. Como no sabía, me decidí por poner las dos cosas. Totalmente a ojo. Vais probando. También eché cúrcuma, que es lo que realmente me dio el tono amarillo tan bonito de la salsa. Para que os hagáis una idea, yo eché tres cucharadas soperas colmadas de queso fresco batido y una no muy llena de mostaza. Un poco de curry, y cúrcuma hasta que me quedó el amarillo definitivo.
- Mezcláis bien y lista! Ya solo queda servir junto con las frikadeller. Queda un plato absolutamente delicioso. Uno de los grandes orgullos de Dinamarca :)
Qué las disfrutéis! J
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