Ésta es una de esas recetas que sorprenden. No solo por la combinación que ya de por si es deliciosa, sino porque la puedes utilizar en cualquier ocasión: de postre normal, para una cena un poquito mas especial, si quieres darte un capricho o para los más peques. Además, más fácil de hacer imposible.
Necesitaremos:
– Fresas.
– 1 tableta de chocolate para fundir.
– Almendra crocante (yo la compro en Mercadona).
Seleccionamos las fresas a nuestro gusto, las lavamos y las secamos con mucho cuidado, la piel de las fresas es increíblemente sensible y se estropea con facilidad. Yo suelo darle unos toques con papel de cocina.
Derretimos el chocolate al baño María o en el microondas como os sea más cómodo. Cubrimos las fresas con el chocolate y añadimos el crocante, las dejamos secar y esperamos a que el chocolate se enfríe y este completamente duro para comerlas. Notaréis una exquisita mezcla de texturas pasando de crocante a la carne de la fruta y del dulce al ácido de la fresa (en caso de que estén un poco ácidas, a mi me encantan así).
¡Os encantará!