Ingredientes para 4 raciones:
500 g de carne de ternera
15 g de moixarnons secos (senderuelas)
Harina integral
1 cebolla grande
1 vasito de vino blanco
Aceite de oliva virgen extra
Sal, pimienta negra en grano
Elaboración:
Pedirle al carnicero ternera para fricandó. Dentro de las partes de la ternera más adecuadas para este guiso, las hay con más o menos grasa o tendones. Yo prefiero la más magra, aunque sea algo menos tierna. Y que la corte bien finita. Sazonarla, rebozarla ligeramente con harina y pasarla por el aceite que habremos puesto a calentar en la cazuela (mejor antiadherente), sólo vuelta y vuelta, sin freírla en exceso. Retirar y reservar.
Poner los moixernons (senderuelas) a remojar en agua tibia. Pueden ser otro tipo de setas, aunque estas son las más adecuadas.
Picar finamente la cebolla y pocharla, a fuego lento, en el mismo aceite. Si es necesario añadirle un poco más de aceite.
Echar la harina sobrante de rebozar la carne (1 cucharada aprox.) y darle unas vueltas con la cebolla.
Incorporar el vino, subir el fuego y dejar evaporar.
Añadir la carne, los moixarnons lavados y escurridos, cubrir con agua, añadir sal (poquita, puesto que hemos salado la carne) y pimienta recién molida, y dejar cocer a fuego lento, unos 10’, removiendo el fondo de vez en cuando para que no se pegue, hasta que esté la salsa bien ligada. Veréis que oscurece un poco.
Me encanta el fricandó! Lo hago tal como se ha hecho en mi familia desde siempre, sólo con cebolla. Tres ingredientes básicos: ternera de buena calidad, cebolla y harina (mejor integral), con el toquecillo del vino. Se puede añadir tomate, pero yo el tomate lo dejo para la carne a la jardinera. Sencillo, gustoso y con una textura impresionante. Es uno de esos platos que se puede preparar con antelación y darle un calentón en el último momento. Ideal si tenemos invitados. Y si sobra (suponiendo que sobre…) se recalienta perfectamente e incluso gana en sabor.