Un buen entrante, sobre todo si lo vamos a acompañar de unas cervecitas, tiene que tener un punto salado. Estas galletas de queso con pimentón lo tienen con el toque de sal maldon que le ponemos al final.
La receta la saqué de Gastro Andalusí y la he adaptado ligeramente. La primera vez que la hice lo probé con una mozzarella rallada que tenía en casa. Quedaron buenas, pero les faltaba un poco de sabor. La siguiente vez lo hice con cheddar, como en la receta original, y mejoró el resultado.
Los ingredientes que necesitamos son:
60 gramos de queso cheddar: yo lo compré en bloque, pero también podemos comprarlo ya rallado.
60 gramos de mantequilla.
70 gramos de harina.
Pimentón picante: cuanto mejor sea el pimentón, mejor será el resultado final.
Leche entera.
Empezamos triturando el queso en el robot si no lo tenemos ya rallado. Lo podemos hacer directamente en el robot de cocina o bien rallarlo a mano. Cuando lo tengamos desmenuzado le añadimos la mantequilla, la harina y el pimentón. Yo usé mantequilla con sal, pero en caso contrario le ponemos una pizca de esta.
Mezclamos todo con el robot hasta que quede bien integrado. Le añadimos una cucharada de leche y seguimos mezclando hasta que se forme una bola. Precalentamos el horno a 180 grados mientras pasamos a trabajar la masa.
Yo la estuve amasando un rato con las manos e incorporándole más harina, ya que se enganchaba mucho a la mesa a la hora de estirarla, sobre todo cuando lo hice con mozzarella, que tiene más agua que el cheddar.
Otra variación respecto a la receta original es que, a la hora de estirar la masa, la dejé un poco más alta y la corté con un molde redondo, por lo que el resultado final es, probablemente, menos crujiente pero más contundente. El aspecto, además, parecía el de unas quelis.
Una vez estirada la masa y cortadas las galletas las pasamos a la bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. Para hacerlo, usamos una espátula para que no se pierda la forma de las galletas. Cuando las tengamos allí, las decoramos con unos agujeros hechos con un palillo y las espolvoreamos con un poco de pimentón y sal maldon.
Horneamos hasta que veamos que las galletas empiezan a dorarse, lo que llevará, más o menos, unos quince minutos. Hemos de vigilar, sobre todo, que no se queme el pimentón, ya que amargará la galleta.
Cuando estén listas, las sacamos del horno y las dejamos enfriar sobre una rejilla para que no se humedezcan por debajo. Cuando estén a temperatura ambiente será el momento de acompañarlas de una buena cerveza y ¡a disfrutar!