1 1/2 tazas de azúcar granulada
2 cucharadas de jarabe de maíz ligero
5 claras de huevo
1 cucharadita de extracto de vainilla
ELABORACIÓN DE GLASEADO DE VAINILLA
Coloca un tazón en una cacerola de agua burbujeante. Asegúrate de escoger una cacerola de tamaño suficiente para albergar al tazón dentro. Llena la cacerola con unos centímetros de agua y ponla en la cocina a fuego lento. Cuando el agua comience a burbujear, coloca el tazón dentro de la cacerola. No uses demasiada agua. Solo necesitas suficiente para calentar el tazón sin permitir que el agua entre. Calienta el agua hasta que burbujee, no hasta que hierva.
Prepara la mezcla del glaseado. Coloca las claras de huevo, el azúcar y el jarabe de maíz en el tazón. Usa una cuchara para mezclarlos. Cambia a una batidora y sigue mezclando hasta que la mezcla se caliente y el azúcar se disuelva.
Revisa la temperatura. Revisa la temperatura de la mezcla con un termómetro para dulces. Cuando alcance los 160 grados, está lista para la siguiente etapa. Asegúrate de no dejar que la mezcla pase de los 160 grados, sino se quemará. Puedes revisar si la mezcla tiene la temperatura suficiente examinando la textura. El azúcar debe haberse disuelto por completo y la mezcla debe lucir transparente. Alcanzar este estado tarda alrededor de dos minutos.
Bate el glaseado. Usa una batidora manual o eléctrica para batir el glaseado hasta que adquiera un aspecto esponjoso y reluciente. Añade la vainilla y continúa batiendo por cinco minutos. Quita el glaseado del fuego y sigue batiendo si es necesario, hasta que tenga la textura que deseas. Ahora está listo para usarlo en pasteles y cupcakes.
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