Hoy os traemos una receta super rica para hacer con verduras congeladas, y que hará que los niños repitan: Gofres sanos de verduras.
La ultracongelación es un proceso que permite conservar los alimentos con todas sus propiedades y en perfecto estado durante más tiempo. Antes de la congelación las verduras se limpian y se preparan para facilitar su consumo posterior.
Lo interesante de todo esto, es que el proceso se realiza inmediatamente después de su recogida en el campo, en su punto óptimo de maduración, por eso su sabor y calidad nutricional se mantiene como en los productos más frescos.
Esto a veces no sucede con el producto que llega a nuestra mesa desde la tienda, muchos días después de su recolección.
Imagínate, desde que las acelgas se recogen en el campo, hasta que llegan a la tienda y de la tienda a tu casa, pueden pasar perfectamente 4-5 días, incluso más si se refrigeran en cámaras. Con la fruta sucede exactamente lo mismo.
Por eso, nosotros cuando encontramos un gran producto de temporada, preferimos adquirir más cantidad, prepararlo y congelarlo, para poder utilizarlo un día que tengamos poco tiempo para cocinar, o simplemente para contar con algunos productos que son dificiles de conseguir en otras épocas del año; como cuando hace unas entradas os enseñamos a congelar los arándanos, para poder consumirlos fuera de temporada.
Así, cuando la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC), se puso en contacto con nosotros y nos preguntó si queríamos ayudarles a difundir la importancia del consumo diario de verduras en la alimentación de los más pequeños, les dijimos que sí de inmediato.
Porque esa es la filosofía de este blog: enseñarles a nuestros hijos a comer de forma saludable, ayudarles a conocer los sabores de los productos más sanos para que aprendar a comer bien y que adquieran hábitos saludables en su vida.
Esa es la esencia de la acción Mi verdura congelada, que ASEVEC pone en marcha por segundo año consecutivo, y en la que este año tenemos el honor de participar.
En casa nuestros hijos son buenos comedores de verdura, pero es verdad que hay niños más difíciles que otros, y es bueno que los padres no perdamos la paciencia y busquemos fórmulas para convencerlos de que la verdura puede ser muy sabrosa y muy divertida: por ejemplo con un Gofre.
Esta receta cumple a la perfección esos dos objetivos, y también el tercero: es extraordinariamente completa.
Las acelgas y las zanahorias nos aportan importantes dosis de vitamina A, fibra, vitamina B9 (ácido fólico), hierro y calcio.
La fibra que nos aportan, además, al ser soluble ayuda a reducir los niveles de colesterol y contribuye a mejorar el control del azúcar en sangre.
El guisante, como buena legumbre, contiene proteína vegetal de calidad.
Los tres ingredientes aportan importantes dosis de magnesio, fundamental para que los más pequeños crezcan con huesos y dientes fuertes.
Si a todo esto le añadimos el tomate, el queso, la leche…Os podéis imaginar que estamos ante un plato perfecto para toda la familia: el Gofre saludable por excelencia.
Necesitamos:
• 10 gr. de levadura fresca
• 200 gr. de harina de trigo 100% natural
• ½ vaso de leche de avena
• 250 gr. de acelgas congeladas de calidad
• 100 gr. de guisantes congelados de calidad
• 1 huevo
• Una pizca de sal marina sin refinar
• 1 dado de mantequilla a temperatura ambiente
Preparación:
Cocemos las acelgas congeladas durante 5 minutos en una olla con agua hirviendo y sal. Escurrimos y dejamos reposar.
Mezclamos en un bol la harina, la levadura y la mantequilla. Añadimos las acelgas y seguimos removiendo formando una bola.
Añadimos la leche de avena y corregimos la masa con agua de la cocción aún caliente, lo que ayudará a activar la levadura.
Dejamos reposar hasta que la mezcla esté casi fría y entonces incorporamos el huevo. Mezclamos bien. Cocemos durante 3 minutos los guisantes y los añadimos escurridos a la mezcla anterior.
Batimos todo junto en un robot de cocina. Podemos hacerlo perfectamente con una batidora de mano, solo nos llevará un poco más de tiempo. Dejamos reposar 15 minutos.
Mientras tanto preparamos las salsas con las que vamos a combinar nuestro gofre:
– Salsa de tomate: tenéis aquí la receta.
– Salsa de queso: Fundimos 50 gr. de queso Roquefort y 250 gr. de queso Arzúa-Ulloa (es un queso especialmente cremoso, así que valdría cualquier otro con esta característica) con 20 ml de nata (crema de leche) líquida, a fuego bajo y sin parar de remover hasta que se mezcle bien. Añadimos ½ vaso de leche y 1 cucharada de maicena. Seguimos removiendo hasta que quede una mezcla cremosa. Finalizamos con una pizca de pimienta o de nuez moscada al gusto.
– Salsa de zanahoria: Cocemos 150 gr. de zanahorias baby congeladas. Las cortamos y las añadimos a una sartén en la que previamente hayamos pochado 2 chalotas en Aceite de Oliva Virgen Extra. Añadimos un dado de mantequilla y 1 chorrito de vinagre. Batimos todo hasta que quede una mezcla cremosa.
Una vez que la masa ha reposado unos 15 minutos, calentamos la gofrera, vertemos un par de cucharadas de mezcla y dejamos que se cocinen. Cuando estén listos, podéis rellenar cada uno de los huequecitos del gofre con las salsas jugando a combinar los colores o directamente trazar líneas de salsa encima de ellos con una cuchara o un biberón de cocina.
En casa a los niños les ha encantado mezclar las tres salsas. Es importante que los gofres se hagan bien para que el producto final sea un poco crujiente.
Os aseguro que esta receta sorprenderá a todos los que la prueben.
Un plato sano, sabroso e ideal para comer con niños.
Espero que os guste. No os olvidéis de comentar!
Un saludo
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