El asunto de la Harissa me lo metieron en la cabeza Rosana y Carmen, dos criaturas enamoradas de esta salsa. Un día empezaron a hablar de ella, de lo rica que estaba y de lo bien que acompaña muchos platos. Me decidí a hacerla, y es cierto que le da un aroma y un sabor tremendo a muchas preparaciones y esta es una de ellas.
Para 4 personas necesitaríamos:
400 g de habitas, despuntadas, lavadas y cortadas en trocitos
200 g de guisantes
2 cebollas picaditas en brunoise, daditos chicos
4 dientes de ajo, pelados y laminados
250 g de tomate triturado
Sal y pimienta al gusto
3 cucharadas de salsa de Harissa
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
4 lonchas de jamón
4 huevos fritos con mucho cario en aceite de oliva
2 hojas de laurel
1 cucharada colmada de harina
1 copa de vino tinto
Es muy sencillo. Ponemos a fuego medio el aceite de oliva en un perol y cuando esté caliente, pero no humeante, añadimos los ajos. Dejamos que se doren levemente, hasta que empieza a darnos ese delicioso aroma de los ajos fritos, no quemados, sino fritos. Momento este en que añadimos las cebollas y dejamos pochar lentamente con un poco de sal para que suden.
Añadiremos los tomates y dejaremos que reduzcan unos 5 ó 6 minutos. Ahora ponemos las habas y los guisantes, con la salsa de Harissa. Movemos y añadimos la harina, salpimentamos, removemos y ponemos el vino. Esperamos un minutos, cubrimos de agua y echamos el laurel.
Tras unos 35 ó 40 minutos y dejando reducir hasta obtener una salsa densa, apagamos y reservamos. Rectificamos de sal y pimienta. En aceite de oliva caliente, freímos unos huevos y cortamos el jamón en tiras. Servimos en el fondo del plato los habitas, encima hacemos un nido con el jamón y sobre este colocamos el huevo. Lo acompañamos con unas patatas fritas en aceite de oliva y listo
Pues bien, solo decir que muchos besos y que hay que seguir intentando ser felices.