Con mi embarazo y mi calor ya innato, lo estoy pasando bastante mal. También ayuda que en el piso nuevo no tengamos aire acondicionado y en el antiguo sí y eso marca básicamente la diferencia, aunque pronto eso tendrá solución . Lo que no ayuda nada es el calor sofocante que hace, que sales a la calle y nada más abrir la puerta del portal, ya estás sudando como un pollito, al menos yo. Ya de por si soy muy muy calurosa, así que imaginaros ahora. Pero bueno, hay que poner remedio a este calor pegajoso e infernal, así que hoy os traigo una receta fresquita, eso sí, no es apta para táper pero ya sabéis que de vez en cuando una excepción no va mal. Os prometo que a la próxima vuelvo con una receta táper.
Hace muy poquito por fin conseguí la súper heladera de Lidl, esa de la que todo el mundo habla. Tuve que ir a hacer cola antes de que abrieran, por si acaso, porque el año pasado ya me quedé sin y este no lo iba a permitir . Y la verdad es que he hecho un par de helados y estoy muy contenta con ella.
En casa mi Mixto es súper fan número uno de los helados. Cuando el calor asoma un poquito, él ya cambia los yogures por los helados cuando hacemos la compra. Le encantan los que llevan chocolate (bueno, todo lo que lleve chocolate le chifla), los almendrados de nata (crema de leche), los conos y su helado favorito, ese que siempre pide cuando vamos a alguna heladería, es el de vainilla con cookies.
Como no tengo mucha idea de hacer helados por mi cuenta, (tiempo al tiempo) busqué una receta de alguien fiable para probar. Y encontré esta receta de Sandra, de La Receta de la Felicidad, y claro, viniendo de ella nada puede fallar.
INGREDIENTES (para 10 bolas grandes aproximadamente):
Para días en los que quieres dibujar una sonrisa en la cara de quien más quieres.
250 ml. de leche.
500 ml. de nata (crema de leche) para montar.
60 gr. de azúcar blanco.
1 cucharada de azúcar invertido.
30 gr. de Maizena.
1 vaina de vainilla.
3 yemas de huevo.
10 o 15 galletas de chocolate tipo Oreo.
En un cazo, calentamos 125 ml. de leche y 250 ml. de nata (crema de leche) junto con la vaina de vainilla, el azúcar blanco y el invertido.
En la leche que hemos reservado, diluimos la Maizena. Batimos las yemas de huevo y las añadimos a la mezcla anterior. Removemos hasta que se integre.
Cuando la primera mezcla hierva, apagamos el fuego y retiramos la vaina de vainilla. Añadimos a la segunda mezcla y volvemos a llevar al fuego, removiendo sin parar hasta que espese. Dejamos enfriar cubriendo con papel film a ras de la crema, para evitar que se forme costra.
Una vez fría la crema, montamos el resto de la nata (crema de leche). Es importante que esté bien fría para que se monte bien. Yo lo que hago es poner las varillas y el recipiente donde voy a montarla en la nevera también.
Cuando tengamos montada la nata (crema de leche), la añadimos a la crema y mezclamos con movimientos envolventes, de arriba a abajo hasta que quede homogéneo.
Encendemos la heladera con el recipiente previamente puesto en el congelador durante 24 horas, y añadimos poco a poco la mezcla. Dejamos el tiempo necesario hasta que veamos que adquiere la consistencia deseada. En mi caso fueron unos 25 minutos aproximadamente.
Mientras la heladera va mezclando, separamos la crema de las galletas Oreo y chafamos o troceamos la parte de la galleta exclusivamente. Lo podemos hacer con una picadora o bien, cómo hice yo, metiendo las galletas en una bolsa de plástico y chafándolas con algo pesado, por ejemplo una botella de vino. 5 minutos antes de finalizar el helado, aproximadamente a los 20 minutos, añadir los trocitos de galleta.
Se puede consumir recién sacado de la heladera sin problema. El resto lo conservaremos en un recipiente con tapa en el congelador. Sacar 5-10 minutos antes cada vez que queramos consumirlo.
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