No hay cocina que se precie que no utilice hortalizas y verduras. Son básicas para sofritos, cremas, guarniciones, ensaladas, etc. Tal es su versatilidad que se convierten en un plato principal o en ingrediente según decidamos cocinarlas. Y, además, son fundamentales dentro de la dieta mediterránea.
Existen multitud de preparaciones y hoy os vamos a contar diferentes técnicas para prepararlas:
– Al horno: deliciosas para acompañar cualquier plato o tomarlas como un sano y natural primero. Calabacines, cebolla, tomate ponedlas al horno entre 120ºC y 150ºC entre 45 y 60 minutos (dependiendo de las verduras). Recordad que hay que darles la vuelta cuando lleve la mitad del tiempo, regad luego con aceite de oliva Virgen Extra y sal y estarán riquísimas.
– Al vapor: es la forma más natural de tomarlas porque de esta forma ayuda a conservar todos sus nutrientes. Es tan sencillo como poner las verduras en un recipiente perforado sobre otro con agua hirviendo.
– Fritas: se lavan, pelan y trocean y se introducen en el aceite a una temperatura de 180 ºC. Posteriormente se sacan y se escurren sobre un papel absorbente.
– Rebozadas o en tempura: esta última técnica tiene muchas formas de prepararse, nosotros hoy os recomendamos hacer una papilla con agua fría, cerveza y harina. Una vez lograda esta consistencia se moja en ella las verduras y se fríen.
– Estofadas: se hacen en su propio jugo a fuego muy lento en una olla tapada y con un poco de aceite de oliva.
– Salteadas: en una sartén y con aceite de oliva, en la cocina china se realizada en el wok.
– Glaseadas: deliciosa forma de tomar las verduras y de utilizarlas como guarnición. Se ponen a hervir con agua justo tapando la mitad de las verduras, mantequilla y azúcar. Se deja evaporar el líquido con la olla tapada. Las que más se utilizan para el glaseado son las zanahorias, cebollitas, puerros y rábanos.
Además os recomendamos tomarlas para cenar mezcladas con huevo o rehogadas con aceite de oliva Virgen Extra Ybarra y unos ajitos. Son sanas y necesarias para tener una alimentación equilibrada.
Las variedades más comunes en las cocinas son: la berenjena, el calabacín, la cebolla, el pimiento, el tomate y la zanahoria.
Berenjenas: a la hora de comprarlas os recomendamos escoger las que tienen forma de pera porque son, sin duda, las mejores. También es importante antes de consumirlas, salarlas y dejar que reposen unos 30 minutos. Así perderán el amargor y estarán riquísimas.
Calabacines: con muy poca grasa, es una de las hortalizas más apreciadas. Lo ideal es comprarlos de un tamaño mediano y con la piel verde lisa y brillante.
Pimientos: rojos, amarillo o verdes, todos aportan sabor y color a nuestros platos. Si se van a freír lo importante es que su piel sea fina, por el contrario para hacer pimiento relleno o asado lo ideal es que la pie sea gruesa.
Tomates: sin duda, uno de los ingredientes más importantes en la cocina. A la hora de comprarlos hay que elegirlos con la piel tersa y de color rojo.
Cebollas: ya sea cebolla fresca o cebolleta, el sabor que aporta a los platos es incomparable. Si las queremos usar en ensaladas, os recomendamos optar por la cebolleta.
Zanahorias: perfecta para los estofados, tienen un toque dulzón y fresco. Si las vamos a tomar cruda, las mejores llegan en los meses de mayo y junio.
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