Los más comunes son producto del despiste, como por ejemplo, usar sal en lugar de azúcar al hacer un bizcocho (si alguna vez os ha pasado seguro que no habéis olvidado el 'peculiar' sabor al darle el primer y último bocado); o pasarse al llenar un molde y al hornearlo hacer que toda la masa se desparrame por él (drama doble: adiós receta y adiós horno limpio); u olvidarse de eso que está cocinándose y acabar con el guiso o el asado carbonizado.
Otros episodios terribles son fruto de la combinación de varios factores: desde 'saltarse' algún paso de la receta porque no se considera importante, hasta cambiar un ingrediente por otro porque 'son casi iguales', pasando por usar una técnica de cocción o de elaboración que no es la recomendada solo para agilizar el proceso.
Si tus desastres culinarios se producen porque el despiste forma parte de tu vida, no podemos hacer mucho por ti, tendrás que asumirlo ;) Si, por el contrario, eres de los que los cometes porque te gusta más bien experimentar sin pensar en las consecuencias, estamos aquí para ayudarte.
Las claves para evitar los desastres en la cocina
- La receta: ese documento donde se explica qué ingredientes usar y cómo tratarlos para dar forma al plato se tiene que convertir en tu mejor amigo a la hora de cocinar. Léela detenidamente, revisa que tienes todos los ingredientes y ve paso a paso siguiendo las recomendaciones.
Lo de 'esto no hace falta', 'echo todo a la vez, qué más da' o 'vamos a poner un poquito más de esto' son las frases que auguran un desastre seguro. Solo cuando hayas hecho al menos media docena de veces ese plato con éxito, podrás lanzarte a la improvisación. Antes, mejor no arriesgar.
- ¿Tienes el menaje adecuado?: usar un tipo de cuchillo u otro, una cacerola u otra o un recipiente u otro te pueden llevar al éxito (culinario) o al mayor de los fracasos. Si se recomienda usar un molde de 25 cm para tu tarta. ¿Por qué vas a usar uno de 18? Te lo adelantamos: probablemente la masa se salga.
- Los ingredientes son lo más importante: si quieres que la receta salga bien, usa justo los ingredientes que te piden. No hagas experimentos 'químicos' usando equivalencias o echando un poco de más para 'darle más sabor'. Y, lo más importante, que sean productos de proximidad, de temporada y frescos, así como productos envasados de marcas de confianza. No solo te ayudarán a que la receta salga bien, sino que tenga el mejor sabor posible.
Venga, cocinamos contigo
Para que cojas ese hábito de cocinar dejando de lado la improvisación, vamos a preparar juntos una mayonesa mediterránea, es decir, una mayonesa con ajo.
Ingredientes: 200 ml de aceite, 1 huevo, 2 dientes de ajo, una pizca de sal y un chorreón de limón o vinagre (opcional).
El aceite puede ser de oliva, suave, o de girasol, de tu marca de confianza. Pero en lo que hay que tener especial cuidado en la selección es en los huevos y el ajo. La calidad de los mismos dará un sabor 'pasable' o 'excepcional' dependiendo de su calidad.
En cuanto a los huevos, procura que sean huevos de gallinas camperas, es decir, huevos de gallinas que pueden salir al aire libre a picotear, correr, escarbar… las que se conocen como 'gallinas felices'. Su estado de cría incide en la calidad y el sabor de sus huevos.
En cuanto al ajo, el ajo morado es una mejor elección que el blanco convencional, puesto que le da el toque picante justo para hacer más apetecible la ajonesa; también aporta un aroma más intenso y sus propiedades inmunológicas y antisépticas están más potenciadas en esa variedad.
Elaboración (recuerda, sigue todos los pasos):
Echa en el vaso de una batidora los dos dientes de ajo pelados, el huevo y la sal. Luego comienza a emulsionar la salsa. Para ello, hay que comenzar a batir mientras se va vertiendo el aceite en forma de hilo, poco a poco. El brazo de la batidora no se tiene que mover hasta que el huevo comience a espesar. Es entonces es cuando se sube y baja el brazo de la batidora sin dejar de batir y de echar el aceite poco a poco. Una vez conseguida la textura deseada, se deja de batir y se añaden unas gotas de limón o de vinagre si se desea.
¿Ves lo fácil que es conseguir una receta maravillosa solo siguiendo los pasos?
Si a pesar de estos consejos no te quieres complicar en la cocina, puedes encontrar en el supermercado ya hecha nuestra ajonesa, donde cuidamos todos los pasos, especialmente el empleo de materias primas de calidad, como son los huevos camperos y el ajo fresco morado.