La magia de los lugares es una fórmula secreta entre lo vivido, con quién lo has vivido, los recuerdos que queden en tu mente y las emociones que traigas en tu corazón.
Una fuerte tormenta azotaba con sus ráfagas de viento la ciudad, la lluvia golpeaba con fuerza los cristales del ventanal, mientras los rayos la iluminaban al compás de los truenos, hasta que las primeras luces del día dejaban entrever un cielo despejado que auguraba un día espléndido.
Sonó el teléfono y por su auricular escuché una voz melodiosa: Gooooood morninnng. Aún las agujas del reloj no habían acariciado las seis de la madrugada; mientras en el hilo musical de la habitación del hotel sonaba aquella vieja canción de Roberta Flack, "Killing me softly with his song".
La jornada se presagiaba intensa, llena de emociones y aventuras para aquel adolescente de apenas quince años.
Días atrás ya había experimentado conocer la ciudad, surcando los canales, sus turbias aguas en lanchas rápidas e incluso en pausados restaurantes flotantes; surcar sus caóticas calles en coloridos e intrépidos tuk tuk.
Sentir la emoción de viajar hasta Kanchanaburi en aquel famoso ferrocarril, dispuesto a caminar por el Puente sobre el rio Kwai, intentando no silbar sin querer la famosa "Marcha" del Coronel Bogy (la banda sonora de la película basada en su construcción).
Pasear sentado a horcajadas sobre la cabeza de un gran elefante en Ayutthaya, sin olvidar la sensación de poner sobre sus hombros, eso sí, con la ayuda de mi marido?.una enorme y pesada serpiente.
No fue una noche tranquila ¿la lluvia casi monzónica, los truenos o los espectaculares relámpagos que iluminaban la noche? ¿Fue la emoción por poder verlo cumplir su sueño?... ¿o quizás la razón estuvo en la cena? Le encantó el marisco.
Pero aquel día, lo esperaba con especial interés: quería tocar un tigre
y sentir la sensación de estar cerca, muy cerca de los cocodrilos??..
Él disfrutó su gran momento, mi marido y yo, viendole, animándole, mientras le grababa en video... yo en casi todo momento gritando de miedo.
Ése mismo día?viajamos hasta el Golfo de Siam, queríamos ver el mar. Allí, en un restaurante ubicado en la misma orilla del Pacífico, sobre un bellísimo pantalán de madera, escuchando los graznidos de las gaviotas y el rumor del mar, volvimos a comer marisco.
El mar, siempre la mar, mi marido, mi hijo?.Han pasado casi veinte años y mi memoria y recuerdos vivos como el primer día, al igual que mi pasión por Thailandia, por su cultura, sus paisajes, su historia, su gastronomía?.
Una gastronomía que procuro disfrutar en mi cocina, siguiendo mis libros de recetas orientales. En ésta ocasión unos deliciosos langostinos con piña y leche de coco, estilo Thai.
¿Se animan a probarlo? ¿Cómo hacerlo?
Ingredientes para dos personas:
Seis rodajas de piña en su jugo (más la mitad del jugo del bote), una cucharada pequeña de pasta de curry rojo tailandés (se puede encontrar en tiendas orientales e incluso en supermercados, personalmente lo suelo comprar en Torremolinos en un supermercado oriental), una cucharada de curry amarillo (personalmente añado éste curry para que no me salga tan picante), dos cucharadas de salsa de pescado, una cucharada pequeña de azúcar moreno, langostinos (la cantidad que prefieran, suelo poner unas ocho o diez por persona, dependiendo el tamaño), una ramita de cilantro fresco, medio bote de leche de coco (igualmente hoy en día se encuentra en cualquier supermercado), sal.
Y para acompañar arroz jazmin?.(arroz tipo thai).
Los pasos a seguir:
Cortar la piña en trozos.
Pelar los langostinos quitándoles el hilo intestinal.
Cocer el arroz en agua con un poco de sal siguiendo las instrucciones del fabricante. Escurrirlos bien y mantenerlo caliente.
En una cacerola echar la leche de coco, el zumo de piña, la salsa de pescado, el azúcar, el curry rojo, el amarillo y remover todo de forma que quede bien integrado. Salar al gusto.
Llevar a ebullición y agregar la piña y los langostinos dejándolos cocer unos dos o tres minutos, hasta que estén cocidos.
Servir los langostinos acompañados de arroz espolvoreando con el cilantro fresco.
Fácil, rápido de preparar, exótico y sencillamente delicioso?.
Cada viaje llega en un momento diferente de la vida, y dependiendo de lo que tú necesites te aporta de un modo u otro grandes experiencias y cultura.
Algunos te aportan el hecho de haberlos imaginado en los libros, haber visto ese escenario miles de veces en películas, otros te aportan paz, riquezas espirituales y culturales, en definitiva te hace sentir vivo.