Mi propuesta es hacerla con pasta fresca hecha por nosotros, pero puedes hacerla igual con pasta comprada en comercios, las hay de muy buena calidad, con y sin cocción previa.
A mis hijos yo creo que la lasaña es de sus platos preferidos, la noche que la tenemos de cena es una fiesta total. La que más les gusta es esta de carne, aunque con atún también les chifla.
INGREDIENTES.
Pasta fresca al huevo. O laminas de pasta comprada.
500 gr. de carne picada de ternera.
1 cebolla grande
2 dientes de ajo.
2 tomates rojos.
1/2 pimiento rojo.
Sal.
Pimienta negra.
Aceite de oliva Virgen Extra.
Queso rallado para gratinar.
Mantequilla.
Bechamel
75 gr. mantequilla. 90 gr. de harina.
1 litro leche.
Nuez moscada (opcional)
Sal.
ELABORACIÓN.
En primer lugar preparamos las láminas de pasta según podéis ver pinchando en el enlace. una vez lista ponemos abundante agua a hervir con sal y sumergimos en ella nuestra pasta durante 2 o 3 minutos, la sacamos la escurrimos y dejamos que elimine todo el agua sobre un trapo limpio.
Para el relleno, picamos la cebolla el ajo y el pimiento muy finitos y lo ponemos a pochar en aceite de oliva virgen extra, cuando lo tengamos transparente añadimos los dos tomates rayados y dejamos que reduzca hasta que quede una salsa espesa. Incorporamos la carne picada y la movemos bien mientras se hace para que se mezclen bien los sabores y la carne no quede apelmazada. Ponemos a punto de sal y pimienta al gusto.
Mientras cuece la salsa para el relleno, vamos preparando la bechamel. Para ver como la preparamos podéis pinchar en la receta de las berenjenas rellenas.
Justo antes de empezar a montar la lasaña me gusta añadir un par de cucharadas soperas de bechamel al relleno, de esa forma adquiere más consistencia y untuosidad.
Con todo listo ya solo nos queda montar los pisos. en el fondo yo siempre pongo un capa finita de bechamel, sobre la que coloco la primera capa de laminas de pasta, encima ponemos la carne y una nueva capa de pasta y así hasta lo que nos de el relleno, terminando siempre con una capa de pasta sobre la que ponemos toda la bechamel. Espolvoreamos queso al gusto y unas pequeñas "nueces" de mantequilla.
Lo ideal es dejarla al menos 30 minutos antes de llevarla al horno a gratinar, para que se asiente bien y los sabores terminen por mezclarse.
La gratinamos y a disfrutar.
«Ve. Tu fe te ha salvado». Lucas 18, 42