Un corazón noble nunca está en paz si carece de libertad.
Nunca olvidaré aquel día en que sus nietos, nos contaban la última odisea de su abuelo; no sabíamos si reír o llorar, estar tristes o felices. Todo lo que nos relataban ocurrió hace unos cuantos años, su familia al completo acompañó al adorado abuelo hasta lo más alto de aquel lugar que añoraba llamado Teba, donde su corazón quedó en paz y fue libre en el Castillo de la Estrella.
Ellos dejaron grabado en su piel una estrella en honor y recuerdo al gran hombre, su abuelo, fuente de sabiduría, generosidad y fuerza humana para sobrellevar los avatares de la vida; sé que me tenía un especial aprecio.
Con sus nietos Jose Manuel y Juan José, nos une una sincera y fuerte amistad. Antiguos comerciales nuestros, Jose y Juanjo comenzaron muy jóvenes a trabajar con mi marido y conmigo en Orient, y en ellos, en su abuelo va mi recuerdo cada vez que pienso en ése hermoso lugar llamado Teba, en la Comarca de Guadalteba. Lugares emblemáticos, mágicos, llenos de prehistoria y de historia.
En el enclave del Castillo de la Estrella, existen vestigios neolíticos de sus primeros moradores; la arqueología remonta la fundación del castillo de Teba al periodo en el que los griegos focenses poblaron Ategua o Attega (Teba la vieja), griegos tebanos que la habitaron sobre el año 2.240 antes de nuestra Era.
Durante la dominación romana, Teba fue uno de los núcleos de población más importantes de la Bética. Se la llamó Attegua y estaba situada en el lugar que hoy llaman Teba la Vieja. Julio César en sus libros sobre la guerra civil, donde relata las luchas contra Pompeyo, hace una descripción sobre cómo se produjo la rendición de Attegua en febrero del año 45 a. de J.C. después de que el defensor de la ciudad, Numancio Flaco, asesinase a un gran número de habitantes. También se refieren a Teba, Hircio, el relator de la batalla de Munda en sus Comentarios, y Suetonio.
A pesar de esto, son escasos los restos de época romana hallados en Teba la Vieja y en el castillo, reduciéndose a algunas monedas de los tiempos de Vespasiano y trozos de ánforas y vasijas de arcilla.
Durante la dominación árabe la ciudad fue trasladada al lugar que actualmente ocupa, siendo llamada Ostipo y Ostebba, de donde procede su nombre. El padre Mariana, en el Libro XV de su Historia General de España nos relata la conquista de la ciudad por Alfonso XI de Castilla el 20 de enero de 1389, después de haber sufrido numerosas bajas las tropas cristianas. Crecido con esta victoria, Alfonso XI se lanzó a la conquista de Turón y de Ardales.
Teba no volvió a pertenecer a los musulmanes, a pesar de los numerosos sitios que tuvo que resistir, sobre todo en época de Juan II. En aquel tiempo tenía una de las jurisdicciones más grandes de la región y de sus campos saldrían gran número de repobladores a otras zonas recién conquistadas.
En la ciudad se puede contemplar la capilla del convento que fundaron los franciscanos y la iglesia parroquial, como edificios notables, aunque el monumento más destacado sin duda es el castillo, construido por los romanos, al menos el primer cuerpo de torres y muros y reedificado posteriormente por los árabes. (Fuente de información)
Declarado Monumento nacional de interés Histórico - Artístico en el año 1931. Está emplazado sobre el Cerro de la Estrella que le da nombre al castillo, a 600 metros de altitud, se alza este Castillo de gran importancia estratégica, pues no sólo domina la población que se asienta a sus pies, sino también la ancha llanura que constituye la entrada norte a la Serranía de Ronda.
Se trata de una gran fortaleza (25.000 m2) levantada por los árabes, dominando el curso del río Guadalteba y su campiña, donde aún se aprecian restos de aljibes, iglesia y el Alcázar con su torre residencial de cuatro plantas, hoy Centro de Interpretación “Una Cruzada en el Guadalteba”.
El 25 de agosto de 1330 perdió la vida el famoso conde escocés Sir James Douglas, encargado por el rey Roberto I de Escocia (antes de su muerte) de llevar su corazón embalsamado a Tierra Santa.
Durante la batalla, tanto sir Douglas (portador del corazón del rey libertador de Escocia “Robert The Bruce”, primer rey de Escocia), que camino de Jerusalén trataba de ayudar al rey castellano Alfonso XI en la conquista de estas tierras, junto a la mayoría de sus hombres, fueron cercados y muertos por el ejército del general Ozmín, lo que supuso un gran contraataque de los cristianos que finalmente lograron hacerse con el castillo.
Ése Castillo de la Estrella, en la Comarca de Guadalteba, que le da nombre a ése pueblo llamado Teba, que me recuerda siempre a ésa familia, los “Bueno”. De allí, una peculiar y curiosa receta malagueña: LAVAPUERTAS
Es difícil encontrar en toda la provincia de Málaga una sopa más simple, más sencilla y humilde que ésta, menos conocida incluso; una sopa de pastores que hoy en día se hace muy poco según tengo entendido. Ésta receta tebeña era habitual entre los hombres y mujeres del campo, que con suerte lograban acompañarla con algo de queso de sus cabras o algún trozo de embutido casero y tradicional tan famosos incluso hoy en día.
Por cierto, la receta llegó a “Mi Cocina” gracias al libro publicado por la Excma.Diputación de Málaga, con recetas de cocina tradicionales de cada comarca, en Mayo del 2011: La Cocina del entorno de los Embalses de Guadalhorce y Guadelteba.
¿Conocen Vds. ésta sopa? ¿La han probado? Les animo a ello, se sorprenderán....
¿CÓMO LA HICE?
INGREDIENTES PARA UNA PERSONA:
Un cuarto de libro de agua o caldo de pollo con verduras, 1 rebanada pequeña de pan asentado, 8 aceitunas aloreñas (partidas, aliñadas), un trozo pequeño de cebolla blanca dulce, fresca (tipo cebolleta), unas gotas de vinagre (al gusto), aceite de oliva virgen extra y sal.
LOS PASOS A SEGUIR:
Cortar en dados el pan y freir los trozos en un poco de aceite de oliva virgen extra, con cuidado de que no se quemen (amargaría) y que queden uniformemente dorados.
Pelar y picar la cebolla en trozos pequeños y quitar los huesos de las aceitunas. Reservar.
Calentar el caldo, añadir unas gotas de vinagre y rectificar de sal si fuese necesario.
A la hora de servir, colocar el pan frito, la cebolla troceada, las aceitunas, dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
y añadir el caldo caliente.
Ya sólo les queda descubrir, cómo una humilde, sencilla y desconocida sopa se puede convertir en todo un descubrimiento gastronómico. La llamada Lavapuertas de Teba.
Buen provecho.