A principio del verano, un día cualquiera de la semana, llegaba mi padre después de cenar y nos decía a todos que nos preparáramos para salir. Entonces sabíamos que nos iba a llevar a tomar "leche helada". Era un momento muy especial para mí.
La cafetería donde íbamos estaba muy cerca de casa, pero parecía que dábamos un paseo enorme y siempre iba de la mano de mi padre.
Este es un recuerdo que me viene a la cabeza cada vez que tomo algún helado de leche merengada, que es como se llama ahora.
Pero el helado no era lo que yo recordaba y decidí hacer el batido de leche merengada o leche helada como me gusta llamarla.
INGREDIENTES
1 l. leche
250gr. azúcar
1 rama canela
3 claras huevo
15 gr. azúcar glass
monda limón
canela en polvo
ELABORACIÓN
Ponemos a hervir la leche con la rama de canela, la monda de limón (yo puse esta vez de naranja) y el azúcar.
Dejamos que temple un poco y de paso que infusione la leche con la canela y el limón. Lo colamos para que no queden restos de nada. Reservamos.
Las claras de huevo las montamos a punto de nieve con una barillas (si son eléctricas será más cómodo y rápido). Para saber si están bien montadas tenemos que volcar el cuenco y comprobar que no se despegan, ni se caen.
Añadimos el azúcar glass a las claras y volvemos a batir. Y comprobaremos de nuevo si están bien montadas.
Echamos las claras a la leche ya colada y vamos removiendo con mucho cuidado; despacio, mezclando de arriba a abajo. Dejamos enfriar.
Servimos la leche merengada bien fría en vasos largos y espolvoreamos con canela en polvo.
CONSEJOS ÚTILES
Es importante enfriar la leche tras infusionarla, para juntarla con las claras montadas, porque si pasan varias horas hasta que se sirven, perderá toda la esponjosidad del merengue y parece que tomas sólo leche fría con azúcar y sabor a canela.