Estas magdalenas, aunque bastante especiadas, quedan ligeras y con un exquisito sabor.
Ingredientes:
120 gr. de calabaza cocida.
80 gr. de azúcar.
100 gr. de harina.
100 gr. de harina integral.
1 huevo
30 gr. de aceite de oliva.
35 gr. de leche.
1/2 sobre de levadura.
1 cucharilla de pasta de jengibre.
nuez moscada, canela y clavo.
Introducimos en una cazuela la calabaza cortada en cuadraditos de 2 centímetros a cocer en 1 dedo de agua. Tapamos la cazuela y 10 minutos bastarán para que esté perfectamente cocida y lo suficientemente blanda para que podamos machacarla con un tenedor.
Ponemos en un bol todos los ingredientes líquidos y los mezclamos ligeramente. Añadimos a los líquidos la calabaza cocida, y bien machacada con un tenedor, y todas las especias. Mezclamos todo ligeramente, con cuidado y sin batir.
En otro bol mezclamos los ingredientes sólidos. Es decir, las harinas, la levadura y el azúcar.
Vamos incorporando al bol donde tenemos los líquidos la harina con azúcar y levadura que tenemos en otro bol poco a poco y con movimientos lentos y envolventes.
Cuando tengamos todos los ingredientes mezclados, iremos rellenando nuestros moldes con la mezcla. Pueden utilizarse los típicos papeles de magdalenas o moldes de silicona, quedarán perfectas de las dos maneras, pero hay que tener cuidado de dejar un dedo de margen en el molde para que la mezcla pueda crecer. Si los llenamos demasiado se desbordarán durante la cocción.
Cuando tengamos los moldes rellenos los ponemos en la bandeja de horno que vayamos a utilizar y en cada uno de ellos añadiremos por encima una pizca de azúcar y tres pipas de calabaza crudas a modo de adorno.
Introducimos las magdalenas en el horno precalentado a 180 º C, y las cocinamos durante unos 20 minutos. A partir del minuto 15 es conveniente vigilar pues cada horno es distinto.
Es conveniente esperar a que estén frías antes de sacarlas de los moldes.
Acompañadas de café o té, son perfectas para un desayuno o merienda de domingo o de cualquier día que tengamos tiempo para disfrutarlo.