Magdalenas Rellenas Sin Gluten ni Lactosa
Ayer os subí por Instagram (haz click aquí para ver mi perfil) y por Facebook un adelanto de la receta que tenía entre manos. Y, finalmente, ¡aquí está!
Para esta receta podéis encontrar el vídeo paso a paso en mi canal de Youtube si pinchas aquí. ¡Así será mucho más fácil y divertido prepararlas!
Estas magdalenas que traigo hoy eran un reto para mí, ya que, al no ser celiaca, me cuesta cogerles el punto a las masas sin gluten, ya que, precisamente la ausencia de gluten hace que suelan quedar masas más apelmazadas y menos esponjosas. Pero, he de decir, que me ha encantado el resultado de estas magdalenas; han crecido mucho en el horno, tienen una textura suave, un sabor alucinante y, gracias al relleno, son jugosas y estupendas para un desayuno súper saludable.
Si quieres redondear este pedazo desayuno, te recomiendo acompañar estas delicias con un batido cargado de vitaminas como el smoothie de kiwi y té verde o el smoothie de cacao y café, estupendo para, además de vitaminas, darle una buena dosis de energía al cuerpo.
Espero que te animes con esta receta tan rica y tan sencilla que tiene un resultado espectacular gracias a la fusión de estas dos recetas tan tradicionales como son las magdalenas y las natillas.
¡Prepárate para volver a tu infancia con este súper desayuno! Coge papel y boli y, ¡al lío!
Ingredientes:
Para las magdalenas (10 unidades):
145 gr de harina de garbanzos (podéis usar cualquier otra sin gluten)100 gr de leche de soja sin azúcar añadido (o cualquier leche vegetal o sin lactosa)
80 gr de maizena
60 gr de claras (corresponde más o menos a unas 2 claras de huevos tamaño L)
15 gr de levadura para postres (que sea sin lactosa ni gluten)
1 cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
2 cucharaditas de café de Stevia o el endulzante que uses normalmente
2 huevos tamaño L
Ralladura de 1/2 limón y 1/2 mandarina o naranja
Para el relleno de natillas:
2 mandarinas grandes2 yemas
2 vasos de leche de avena sin azúcar añadido (o cualquier leche vegetal o sin lactosa)
1 rama de canela
2 cucharadas soperas de harina de garbanzos o cualquier harina sin gluten
1 cucharadita de postre de Stevia o el endulzante que utilices
1 y 1/2 cucharadita de postre de aroma de vainilla (asegúrate que no tenga lactosa) Puedes sustituir por una vaina de vainilla
1 cucharadita de postre de canela en polvo
Piel de 1 limón y 1 naranja o mandarina
Procedimiento:
Para las magdalenas:
Primero vamos a batir los huevos con las claras. Yo lo he hecho con las barillas de la batidora, ya que nos ahorra bastante tiempo, pero a mano también quedan unos resultados estupendos.
Bate los huevos súper bien hasta que la mezcla tenga mucha espuma, ya que, al introducir tanto aire, conseguiremos unas magdalenas mucho más esponjosas.
Una vez batidos los huevos con las claras, añadimos la leche, el aceite y la ralladura y volvemos a batir todo muy muy bien.
Cuando los ingredientes húmedos están bien mezclados, empezamos a añadir los secos (levadura, maizena, Stevia y harina de garbanzos).
Mientras vamos incorporando los ingredientes secos, es importante no parar de mover la mezcla para evitar que se formen grumos y conseguir una masa lisita.
Cuando ya tengamos nuestra masa perfectamente mezclada, tapamos con film transparente y dejamos reposar en la nevera entre media hora y una hora.
Aunque el reposo en la nevera es opcional, al tener la masa fría y el horno caliente, conseguiremos unas magdalenas con copete que nos recordarán a las magdalenas de toda la vida).
Mientras las magdalenas están reposando, vamos a empezar a preparar las natillas porque no se tarda nada.
Para las natillas:
Para las natillas, pondremos en el vaso de la batidora 1 vaso de leche con las mandarinas para triturarlas. Siempre aconsejo triturar la fruta y no quedarnos solamente con el zumo, ya que, nutricionalmente, usar la fruta entera hará que aprovechemos todos sus nutrientes y no desperdiciemos la fibra.
Batimos todo bien y reservamos.
En un cazo, vamos a poner el otro vaso de leche vegetal junto con la ramita de canela y las pieles del limón y la mandarina. Lo ponemos a fuego medio/bajo para que se vaya infusionando y la leche se impregne de todos los sabores.
Mientras se infusiona la leche, vamos a incorporar a la mezcla que teníamos reservada el aroma de vainilla o la vaina de vainilla, las yemas, la harina y la Stevia. Trituramos todo muy muy bien.
Cuando la leche que teníamos en el cazo comience a borbotear, retiramos del fuego y quitamos la rama de canela y las pieles.
Volvemos a poner el cazo al fuego (misma potencia de antes) y añadimos la mezcla que teníamos en el vaso de la batidora.
Movemos todo bien y dejamos que vaya espesando removiendo frecuentemente para evitar que se pegue o tenga muchos grumos.
Cuando la mezcla haya espesado, retiramos, probamos por si hubiese que rectificar de dulce, añadimos la canela en polvo y dejamos enfriar.
Cuando ya tengamos las natillas atemperadas, veremos que habrán espesado un poco y quizá tengan grumos. No te preocupes, es normal que al usar la fruta entera no quede una textura tan suave como si sólo usásemos el zumo. Esto lo solucionamos con un batido rápido con la batidora y, en un par de minutos tendremos unas natillas de textura suave y sin grumos.
Vamos a precalentar el horno a 200ºC y, mientras tanto, rellenaremos nuestros moldes de magdalenas con la masa ya bien fría.
Para rellenas las magdalenas ponemos una cucharada de la masa, un poco de las natillas en el centro y, finalmente, cubriremos las natillas añadiendo más masa.
Cuando tengamos el horno perfectamente caliente, pondremos nuestras magdalenas a una altura media con calor arriba y abajo y mantendremos a 200ºC unos 15 minutos o hasta que veamos que las magdalenas empiezan a dorarse y, al clavar un palillo sale limpio.
Dejamos enfriar unos 5 minutos con la puerta del horno abierta y, transcurrido ese tiempo, dejamos enfriar por completo fuera del horno en una rejilla.
Opcionalmente, puedes decorar con un poco de las natillas por encima y con galleta tipo digestive sin azúcar (yo uso de la marca Gullón) molida junto con un poquito más de canela.
Espero que te animes a probar estas delicias de magdalenas sin gluten y sin lactosa que te van a llevar a la infancia directamente gracias a su sabor.
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