Es un plato de cuchara, de origen vasco que tradicionalmente se hace con atún o bonito, pero en mi casa lo llamamos guisado de salmón.
Se puede hacer con caldo de pescado (hecho con espinas de las que tenemos por el congelador) pero si no tengo yo lo hago con agua y una pastilla de concentrado de caldo de pescado o caldo de brick, aunque como más me gusta es hecho con caldo casero.
Uno de los ingredientes que utilizo es la carne de pimiento choricero que se puede comprar lista para usar (yo lo compro en la frutería) aunque en el norte se suelen remojar los pimientos secos, se les saca la carne y se pica con el cuchillo.
Es un plato muy nutritivo y gracias a las propiedades del pescado azul (sea salmón o atún) se convierte en una fuente de ácidos Omega 3, que nos ayuda a controlar el colesterol, vitaminas (principalmente del grupo B y también A, D y E) y minerales como el calcio, el yodo, el magnesio o el zinc.
Los ingredientes son muy sencillos, para 4 personas utilizo:
4 patatas grandes.
1 pimiento verde italiano.
1 cebolleta o cebolla.
400 grs. de salmón fresco sin espinas ni piel.
Caldo de pescado.
Carne de pimiento choricero.
Se pelan las patatas y se parten rompiendo al final de cada trocito para que suelte el almidón y espese el caldo.
Se parte la cebolleta y el pimiento verde en brunoise (cuadraditos pequeños).
Se pone a calentar el caldo (al fuego o al microondas).
Se corta el salmón a taquitos de bocado.
Se pone una olla al fuego con un chorrito de aceite y se sofríe el pimiento y la cebolleta. Cuando está pochadito se añaden las patatas y se les da una vuelta.
Se pone una cucharada de carne de pimiento choricero y el caldo caliente y se deja hervir hasta que la patata esté cocida. El caldo debe cubrir la patata y bastante más para que hierva los 20-25 minutos que necesitará la patata para cocerse y todavía quede caldo.
Añadimos el salmón y lo dejamos un par de minutos al fuego, luego se apaga el fuego y se deja reposar un par de minutos más.
Procurad que no se os pase el punto del salmón porque si se queda seco no queda tan bueno.
Y nada más, a servir y a comer!
Bye.