¡Qué poco queda ya para Navidad! Hoy os traigo una receta de esas que te resuelven una cena cualquier día del año y que en Navidad se convierten en un aperitivo perfecto: los mejillones a la belga. En Bélgica son el plato nacional y se acompañan de unas patatas fritas riquísimas y muy calóricas, todo hay que decirlo: fritas en mantequilla dos veces (una para dejarlas blanditas por dentro y la segunda fritura para darles un toque de lo más crujiente) son uno de los pecados nacionales belgas, junto con el chocolate, la cerveza o los gofres. Así que vamos a dejarlas, con vuestro permiso, aparcadas y vamos a centrarnos en los mejillones o “moules”, riquísimos, nutritivos, fáciles y rápidos de preparar y muy, muy vistosos. Perfectos además si no queréis sumar más calorías de las necesarias a vuestras comidas o cenas. En el blog tenéis otra receta de mejillones sencillísima, rápida de cocinar y deliciosa: los mejillones al vapor (podéis consultar la receta pulsando aquí: mejillones al vapor. A nosotros nos encanta comerlos rociados del zumo de un limón exprimido.
Sobre los ingredientes para preparar estos mejillones a la belga, son realmente económicos y fáciles de conseguir. Si tenéis la suerte que tengo yo de tener un buen mercado cerca de casa, probad a comprar los mejillones allí. Por mi horario de trabajo no siempre puedo ir, pero los sábados siempre aprovecho y voy al Mercado de Huelin, en Málaga. Ya os he hablado de él en algunas ocasiones: hay un pescado y un marisco excepcional. Y con unos precios estupendos.
Si queréis cocinar estos mejillones como plato individual para cuatro personas o bien como aperitivo para ocho, necesitaremos:
. Mejillones limpios (1,5 kg).
. Dos ramas de apio limpias, sin hebras.
. Un puerro hermoso o dos más pequeños.
. 100 ml de nata (crema de leche) ligera para cocinar.
. 100 ml (medio vaso) de vino blanco.
. Pimienta negra molida.
. Perejil fresco.
. 50 g de mantequilla.
. Agua.
. Sal.
1º. Corta en trocitos pequeños el puerro bien limpio, tanto la parte blanca como la verde más tierna. Limpia bien el apio, quítale las hebras y córtalo también en trozos pequeños. Corta el perejil muy fino. Reserva todo.
2º. En una olla amplia, añade la mantequilla, el apio y el puerro con un poco de sal. Rehoga a fuego alto un par de minutos.
3º. Añade a la olla el vino blanco, la nata (crema de leche), la pimienta, un poco de perejil y sal. Remueve bien con una lengua de cocina para integrar todos los sabores y deja hervir unos minutos. Añade medio vaso de agua si es necesario.
4º. Vierte en la olla los mejillones limpios y deja que se abran (mueve de vez en cuando). Sirve con salsa y con un buen pan para mojar. ¡Verás qué ricos!
Estos mejillones siempre me traen muy buenos recuerdos. ¡Me encanta Bélgica! Eso sí, me resulta muy curiosa la combinación del molusco con la patata frita, pero allá adonde fueres… Como ves, no necesitas viajar a Bélgica para disfrutar de un plato de lo más apetitoso (se hace tan rápido que no tienes ninguna excusa para incluirlo en tu lista de recetas para cenas). Y es perfecto también como aperitivo para las ocasiones especiales. Para Nochebuena me gusta servirlos en estas latas:
Quedan preciosas, con su tapa y todo, y caben (dependiendo del tamaño) unos cuantos mejillones.
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