Os podeis imaginar que si todavía no he sido capaz de poner el árbol menos aún lo he sido de preparar recetitas de Navidad, si es que me daba la sensación de que aún quedaba tiempo, está claro que no sé organizarme.
En fin, aunque no he preparado nada espectacular para estas fiestas la receta de hoy puede serviros para el aperitivo, son unos mejillones fritos que están tan ricos que os comereis uno tras otro como si fueran pipas, espero que os gusten. No os pongo las cantidades porque creo que eso lo calculareis mejor vosotros según los que seais en casa, además, es una receta tan sencilla que sólo con ver las fotos ya se sabe qué hay que hacer.
Ingredientes:
Mejillones
Limón
Laurel
Huevo
Pan rallado o panko
Aceite Así lo hago yo:
En primer lugar limpiamos bien los mejillones, raspando la superficie externa y retirando con un cuchillo las barbas. Los enjuagamos con agua fría y los escurrimos.
Los ponemos en una cacerola con un chorrito de agua, una rodajita de limón y la hoja de laurel, tapamos y dejamos cocer hasta que se abran (unos 3-5 minutos). Una vez abiertos separamos los mejillones de las conchas.
Batimos el huevo y vamos pasando cada mejillón primero por huevo batido y después por pan rallado, y los freimos en abundante aceite caliente. Los vamos dejando sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y listo, ya tenemos un estupendo aperitivo.Notas: podeis utilizar mejillones congelados, así os ahorrais el engorro de tener que limpiarlos, y podeis servirlos en una brocheta con unos champiñones o con lo que más os guste.