La receta de hoy es de las que pueden calificarse como "prácticas".
De las que nos sirven para un primer plato, una cena ligerita, o un picoteo.
Parece (y es) muy simple, pero no os podéis imaginar lo riquísimas que salen: están tan crujientes y tan sabrosas que no suele quedar ni una.
La inspiración la encontré en el blog "Desde la cuina de l?hort". Bueno, la inspiración y la receta entera, jajaja, aunque, como es normal en "El Puchero de Morguix", recibió sus correspondientes tuneos (si no tuneo, casi que no sería yo, jajaja).
Admiten distintos rellenos, a gusto de los consumidores, y también sirven para "reciclaje": son ideales para aprovechar un poco de pisto que haya sobrado, o una berenjena o calabacín "suelto" que llora su soledad en el fondo de la nevera, o un poco de salsa de tomate, o un paquete de empanadillas empezado que amenaza con secarse.
Y, a la inversa, si sobra relleno, se puede congelar para otra ocasión.
Yo os voy a poner el relleno que utilicé: quedaron tan buenísimas, que ya la he tenido que repetir varias veces. Pero ya os digo que admiten "tuneos" varios.
Es una receta que sorprende: cuando las ves, no te imaginas que puedan estar tan ricas. Si las probáis, ya me contaréis.
INGREDIENTES.
1 berenjena mediana
1 cebolla pequeña
3 ó 4 tomates grandecitos
1 paquete de obleas de empanadillas
1 ó 2 latas (al gusto) de atún en aceite de oliva (si es virgen extra, mejor).
Orégano, albahaca, sal, pimienta, un poquito de azúcar (o edulcorante), y queso rallado que funda bien.
PREPARACIÓN.
Pelamos y cortamos la berenjena en daditos. La sofreímos a fuego medio-fuerte con un chorreón de aceite de oliva (si es AOVE, se puede usar el de las latas de atún).
Cuando esté un poco dorada, la retiramos, y reservamos. Y en ese mismo aceite (puede hacer falta añadir algo más), rehogamos la cebolla a fuego algo más suave.
Cuando esté transparente, añadimos el tomate rallado, y orégano y albahaca, pimienta, sal y una pizca de azúcar o edulcorante (para contrarrestar la acidez del tomate), dejamos que se vaya cocinando todo junto, y que se reduzca un poco el líquido (unos 15 minutos).
Después agregamos la berenjena, y rehogamos unos 5 minutos más.
Fuera ya del fuego, añadimos el atún desmigado, y mezclamos bien. No conviene que nos quede excesivamente caldoso (tampoco completamente seco).
Precalentamos el horno a 180º, y, sobre una bandeja, colocamos las obleas sin retirar el papel que las separa, dejando éste en la parte de abajo. Nos valdrá como base para poder sacarlas después, y se lo podremos quitar a la hora de servirlas a la mesa (o no, si nos resulta más cómodo para poder agarrarlas sin quemarnos).
Las horneamos durante unos minutos, hasta que estén un poquito doradas.
Ahora las retiramos del horno, cubrimos con el relleno, y después espolvoreamos con el queso rallado.
Y volvemos a introducir la bandeja en el horno durante unos 10 minutos, o hasta que las veamos bien doraditas.
Servir calientes (frías pierden mucho).
A nosotros nos han encantado, espero que a vosotros también.