El mote de queso es una emblemática sopa de la gastronomía de Sucre y Córdoba, dos departamentos del Caribe colombiano con fértiles sabanas que dan sustento a diversas explotaciones agrícolas y ganaderas. En dichas regiones destaca el cultivo del ñame espino (Dioscorea rotundata), ingrediente primordial del mote, un tubérculo con la pulpa blanca y harinosa, rico en carbohidratos y en minerales como el potasio, magnesio y fósforo. Para mi gusto los ñames más sabrosos del país crecen en estas planicies.
De acuerdo con la información publicada por el blog Mote de Queso, el origen de esta receta se enmarca durante la hambruna que sufrieron los habitantes de las sabanas caribeñas como consecuencia de la Guerra de los Mil Días, a principios del siglo XX. En aquellos difíciles momentos de escasez, un sencillo majado de ñame sazonado con ajo, cebolla y sal constituyó la principal fuente de alimento de los lugareños. Esa modesta y salvadora preparación conocida con el nombre de mote de candela originó el actual mote de queso que, con el devenir de mejores tiempos, fue enriquecido con más ingredientes.
El mote de queso no fue un plato que formara parte de las comidas de mi casa, lo cierto es que lo descubrí tardíamente en Barranquilla, en mis tiempos de estudiante universitaria. En esa época compartí vivienda con Marta, una corozalera de pura cepa, que preparó el primer mote de queso que probé en mi vida. Recuerdo que a mi amiga le gustaba que el mote quedara blanquito, y yo también me identifiqué con su gusto, pues si bien el sofrito de esta sopa puede incluir ingredientes que le aporten color, como tomates o ajíes dulces, hasta la fecha sigo prefiriendo el mote blanco con un sencillo sofrito de cebollas y ajos.
Aunque en Colombia es posible encontrar distintas clases de ñames en las plazas de mercado, para la preparación del mote es preferible elegir la variedad espino porque su pulpa se deshace fácilmente durante la cocción dejando la sopa con una consistencia espesa y cremosa. Espero que les apetezca probar esta sencilla y deliciosa sopa sabanera, estoy segura de que no los defraudará. Recuerden que me pueden encontrar en Facebook. Los invito a visitar mi blog -->Los Antojos de Clara
Ingredientes para 8 personas:
2 kilos de ñame espino pelado y cortado en cubos de 4 cm
3 litros de agua
4 cucharadas de aceite de girasol
5 ramas de cebollín o cebolla larga finamente picada
1 cebolla roja grande finamente picada
7 dientes de ajo triturados
1 cucharadita de sal
Una pizca de pimienta recién molida
500 gramos queso costeño duro (salado)
500 gramos de queso costeño semiduro (nivel medio de sal)
Lima o limón al gusto (opcional)
Preparación:
Colocamos el ñame pelado y cortado en cubos en una olla grande con fondo y paredes gruesas. Cubrimos con 3 litros de agua y dejamos cocer el ñame a fuego medio-alto hasta que esté suave y comience a deshacerse. Puede tardar entre 30 o 40 minutos. La espuma densa que se va acumulando en el reborde la retiramos con una espumadera.
Hacemos el sofrito. En una sartén mediana ponemos a calentar 4 cucharas de aceite y sofreímos las cebollas a fuego medio hasta que estén transparentes y suaves. Después, adicionamos el ajo, sazonamos con una cucharadita de sal y una pizca pimienta y rehogamos por 5 minutos. Cortamos en cubitos de 2 cm (sin revolverlos) los dos tipos de queso costeño, colocamos en un plato aparte el queso duro y en otro el queso semiduro.
Cuando el ñame esté suave, agregamos el sofrito y el queso costeño duro. Dejamos cocinar el mote durante 15 minutos a fuego medio-bajo y removemos ocasionalmente para evitar que se forme una costra quemada en el fondo de la olla. Finalizados los 15 minutos de cocción, adicionamos los cubitos de queso semiduro y seguimos cocinando por 5 minutos.
Finalmente, probamos el mote y rectificamos la sazón con sal, si fuera necesario. Yo no añadí más sal en la receta, no obstante, eso dependerá de qué tan salado sea el queso costeño que vayan a usar. Así que recomiendo hacer cualquier corrección un instante antes de apagar la sopa, no vaya a ser que se pasen y quede salada.
A muchas personas les gusta sazonar el mote con un poquito de zumo de lima o limón para potenciar su sabor agrio; sin embargo, yo prefiero dejar la adición de este ingrediente al gusto del consumidor, lo ofrezco al momento de servir y que cada quien decida si lo quiere poner o no. Particularmente me gusta más el mote sin limón.
Ahora solo nos queda disfrutar!!!
¡¡Hasta pronto!!