Claro este no es un blog de crítica cinematográfica, así que no voy a hablar de eso. Ya la había visto anteriormente, y cierto es que tiene su punto simpático. Una de las cosas que más me gustan en esta peli, que no sé si será verdad, ni sé si a los griegos les hará mucha gracia, es que me siento muy identificada. En vez de una peli sobre una familia griega, podría ser una peli sobre una familia gallega.
Me negaréis, lectores gallegos, que no nos reunimos constantemente alrededor de cuchipandas gastronómicas familiares... Ni que la primera pregunta que le hace tu abuela a tu novio el primer día que entra en casa es "E logo, ti de quen vés sendo?" (literalmente ¿y tú de quién eres?, como en aquella canción de No me pises, que llevo chanclas).
Así que yo, cuando una madre griega decide pelar kilos y kilos de patatas para una comida familiar, o cuando en una boda griega se invita a los primos quintos por parte de la bisabuela del vecino, me siento como en casa.
Se ve que gallegos y griegos tenemos un origen clásico común, algo que tendrá que ver con la filosofía, el equilibrio mental y el desarrollo de la democracia. O que estamos como cencerros igualmente. Eso no es lo que importa.
Al lío. Me decidí por una moussaka, plato griego donde los haya, porque lo tenía en pendientes desde hacía ya tiempo, y la ocasión la pintan calva. Ahí os va, mi versión de la moussaka, un poco diferente a las que habitualmente se ven, aunque según he leído, muchas moussakas tradicionales llevan esta capa de patatas. A mí me pareció ideal para convertirlo no sólo en plato único, sino en un plato completo. Si queréis hacerlo a lo griego de verdad, pues usáis carne de cordero picada, o mezcla de cordero y ternera. A mis niños no les gusta mucho el cordero, así que hubo que hacer concesiones.
Moussaka
Ingredientes (para 4 personas):
250 g de cebolla.
2 dientes de ajo.
200 g de tomate (pelado).
500 g de carne de ternera picada.
3 patatas medianas.
1 berenjena.
perejil.
canela.
orégano.
sal.
pimienta.
1 hoja de laurel.
jengibre.
2 cucharadas de concentrado de tomate.
1 vaso de vino tinto.
aceite de oliva.
Para la bechamel:
1/2 litro de leche.
2 cucharadas de harina.
aceite de oliva.
sal.
pimienta.
nuez moscada.
1 huevo batido.
Elaboración:1. Picamos bien la cebolla y los dientes de ajo. Los sofreímos en una sartén caliente con aceite de oliva. Cuando la cebolla empiece a ponerse transparente, añadimos la carne y seguimos sofriendo, hasta que la carne pierda el color rosita.
2. Añadimos el tomate pelado y picado, dejamos pochar unos 5 minutos. Salpimentamos y añadimos las especias, una pizca de cada, un poco al gusto, según nos guste más o menos fuerte de sabor. Añadimos también el vino y el concentrado de tomate.
3. Bajamos el fuego y dejamos que se vaya reduciendo la salsa, hirviendo despacito.
4. Mientras tanto, pelamos las patatas y las cortamos en rodajas un poco gruesas, las disponemos en el fondo de nuestra fuente para horno, cubriéndolo por completo.
5. Pelamos la berenjena (esto no es necesario, pero cuando hay niños en casa, es más que recomendable) y la cortamos en rodajas, también un poco gruesas. Las pasamos por una plancha caliente con un chorrito de aceite de oliva, hasta que se doren un poquito por ambas caras, y las disponemos en la fuente de horno formando una capa que cubra las patatas.
6. Por encima de las berenjenas, ponemos la carne que teníamos en la sartén, en una capa que cubra toda la fuente.
7. Para preparar la bechamel, ponemos un buen chorro de aceite de oliva en un cazo. Sofreímos en él la harina un minuto, y vertemos cuidadosamente la leche, removiendo constantemente con unas varillas para que no se formen grumos. Cuando haya adquirido la consistencia deseada, le ponemos sal, pimienta y nuez moscada, y la dejamos templar unos instantes. Con cuidado, y sin dejar de remover, le añadimos el huevo batido.
8. Metemos en nuestro horno precalentado a 180ºC, y lo dejamos durante 1 hora. Ya sé que puede parecer bastante tiempo, pero recordad que las patatas que están en el fondo han de tener tiempo a hacerse.
9. Si se desea, se puede poner una segunda capa de berenjenas por encima de la carne, antes de la bechamel (entonces necesitaremos 2 berenjenas en vez de una), pero yo no la puse, para que los niños aceptasen mejor su sabor.
Como siempre, no olvidéis visitar al resto de participantes en el Reto Cocina de Película de este mes, pinchando en el logo que tenéis debajo. ¡¡Nos vemos en el cine!!
Fuente: Daring Gourmet