Tampoco voy a despotricar sobre la operación "Salvemos la Navidad" ni lo imbéciles que somos volviendo a la casilla de salida, o un poco más atrás una vez más (y seguramente no sea la última, os emplazo desde ya al próximo mes de septiembre y veremos cómo estamos)
Ni siquiera me siento con ganas de hablar de la dieta post navideña y yo debería estar inmersa en ella con todas mis ganas porque o bien he engordado o bien todos mis pantalones han encogido (lo cual sería lógico con el frío, que hay cosas que encogen, pero creo que no afecta a las prendas del armario)
Hoy vengo a hablar, a riesgo de ser vapuleada, de una fruta que no me gusta y que está tremendamente de moda: el aguacate.
Tú pones aguacate en un buscador y te salen mil beneficios y cientos de millones de referencias. El término superalimento se asocia automáticamente a este fruto y a mí me da un poco la risa, no por el aguacate en sí, sino porque eso de superalimentos me suena un poco a charanga del siglo XXI intentando colarnos sí o sí alimentos que han visto elevar sus precios a cantidades astronómicas.
Que no vengo yo a decir que el aguacate no sea bueno ¡nada más lejos de mi intención! pero creo que hay alimentos a los que se les da más bombo del que realmente tienen.
Y dicho todo esto vengo a confesar, por si alguien no lo había pillado que a mí el aguacate no me gusta. Ni ahora, ni hace 20 años, ni probablmente me guste cuando pasen otros 20.
Empecemos porque el sabor ni fú ni fa, pero donde realmente tengo problemas es con la textura. Demasiado blando en boca. No sabía muy bien cómo definirlo hasta que el otro día leí un comentario en Twitter que lo resumía muy bien: Es como masticar mantequilla (a temperatura ambiente, puntualizaría yo)
Pues eso. Que yo me meto un trozo de aguacate en la boca y pienso que estoy comiendo plastilina. Y no me mola.
Y hace unas semanas me planteé darle una nueva oportunidad.
Pero como sabía que nuestra relación ya estaba truncada mi estrategia fue utilizarlo en repostería porque era la única vía alternativa para una posible reconciliación (o al menos firma de una tregua)
Así que el primer paso de nuestro intento de aproximación han sido estos muffins integrales de aguacate y chocolate.
Tenía que jugar todas las bazas posibles para que el resultado me gustara.
El chocolate lo arregla todo.
Y además soy incapaz de resistirme a un muffin.
Era apostar a caballo ganador.
Estuve mirando muchas recetas en internet y fui cogiendo ideas para al final adaptarme a lo que buenamente tenía en casa y así dar salida a cuatro restos de cosas que quería quitar.
Creo que esta receta podría incluirse en la categoría de saludable ,si aceptamos que el azúcar de coco es teóricamente más saludable que el azúcar refinado blanco, aunque no deja de ser azúcar al fin y al cabo.
Pero eso no quita que no sea calórica.
Que sí, que son calorías buenas, de las que aportar nutrientes necesarios a nuestro organismo, pero son calorías al fin y al cabo.
He querido empezar con las recetas post navideñas con el modo saludable y además utilizando un ingrediente que aún no había pisado mi cocina virtual (y la real, la que tengo ahora, tampoco) porque si algo necesitamos en este preciso momento son buenos alimentos y retomar rutinas saludables de alimentación.
Creedme si os digo que estoy peleada con mi báscula. Cuando llegó el mes de julio había hecho dos kilos de puros helados de principios de verano. Pensé en quitarlos cuando pasara la comunión que tuvimos a mediados de ese mes.
Así acabó el verano y en septiembre se unió un kilo más de relajadas tardes piscineras aderezadas con helados y chuches varias, que no se cayó al comenzar a trabajar por las tardes pero al menos se mantuvo hasta que empecé a preparar la temporada de recetas navideñas para el blog y se unió otro kilo más.
Intenté mantenerlos a raya durante las fiestas, pero la cinturilla de los pantalones comienza a marcar lorza pronunciada desde la pasada semana, lo que indica que probablemente no lo he conseguido y ya que hemos acabado la operación roscón es el momento de ponerse seria, obviar todos los cumpleaños que tenemos hasta mediados de febrero e intentar una bajada de peso ¡pero ya!
Os prometo que no me atrevo a subirme en la báscula. Voy a esperar a notar menos presión en la ropa, porque no quiero llevarme un cabreo monumental dado que hace bastantes años que el peso, salvo en los embarazos, no se me iba de madre.
Pero una cosa no quita la otra y al menos desayunar quiero seguir haciéndolo rico y saludable y privarme en comidas y cenas y hasta quitarme del postre.
Y luego miro a mi marido, que se pasa mucho más que yo y se mueve mucho menos y no sube tanto de peso.
La vida no es justa y sinceramente os digo que estoy harta de batallar con un metabolismo que me hace pagar tan caro el más mínimo exceso.
Pero las penas con chocolate (y aguacate) son menos penas así que premiarte con un muffin de estos en el desayuno es una manera estupenda de empezar la mañana y llenarte las pilas de energía.
Porque no sé vosotros pero a mí se me está haciendo un poco dura esta semana, que es la primera que trabajo entera desde hace mucho tiempo y sin un festivo a la vista hasta finales de febrero.
El resultado me ha gustado bastante. El sabor del aguacate no se nota (a ver, ¿qué se va a notar si saber, saber, sabe a poco) pero queda una textura muy jugosa y tierna.
Y grasa, salta a la vista en las cápsulas de muffins, que aún llevando poca cantidad de aceite (me estoy planteando no poner nada en próximas recetas, porque adelanto en primicia que voy a seguir investigando con esta fruta) han manchado pero bien el papel.
Eso no quiere decir que se note un bocado grasiento ¡ni mucho menos! pero es un handicap del aguacate, en lo que a estética se refiere, a tener en cuenta.
Conclusión: el aguacate en muffins mola. No se nota y deja una textura muy rica a la vez que nos regala un bocado saludable.
Así que pasa la prueba con buena nota y aparecerá alguna vez más en mi cocina.
¿Y vosotros? ¿sois de aguacate? ¿cómo lo tomáis? Estoy ávida de historias para coger ideas.
Y por supuesto ¿quién se apunta a un café calentito y a uno de estos muffins para empezar la mañana con energía?
Ingredientes:
* 2 aguacates pequeños (los míos pesaron 220 gramos sin piel ni hueso)
* 2 huevos
* 200 ml de nata (crema de leche) vegetal
* 50 ml de leche vegetal
* 40 ml de aceite de coco
* 100 gramos de azúcar de coco
* 45 gramos de cacao en polvo sin azúcar añadido
* 300 gramos de harina integral
* 15 gramos de levadura química (impulsor)
* 100 gramos de pepitas de chocolate
* 1 cucharadita de harina para las pepitas
Elaboración:
1. En un bol, o en la jarra de la batidora, ponemos los aguacates pelados, los huevos, la nata (crema de leche), la leche, el aceite y el azúcar y trituramos hasta obtener una mezcla cremosa.
2. Añadimos la levadura, el cacao y la harina y batimos hasta integrar.
3. En un bol ponemos las pepitas de chocolate y una cucharadita de harina y mezclamos bien.
4. Las vertemos en la masa y con ayuda de una espátula repartimos para que queden bien esparcidas.
5. Ponemos en nuestra bandeja para muffins las cápsulas que vayamos a usar y con ayuda de una cuchara para helados repartimos la masa en los papeles.
6. Introducimos en el horno precalentado a 200º C y horneamos durante 25 minutos o hasta que al pinchar con una brocheta en el centro esta salga limpia.
7. Dejamos diez minutos con la puerta del horno entreabierta, sacamos, retiramos de la bandeja y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Para conservarlos bastará con ponerlos en un táper que cierre bien y guardarlos en el frigorífico.
Es posible que en la mayoría de municipios de España, a día de hoy sea suficiente con dejarlos a temperatura ambiente, aunque se corre el riesgo de que se congelen, así que mejor la nevera que estarán más calentitos.
Sí, lo sé, no iba a hablar del tiempo, pero no he podido resistirme.
Mis hijas regresaron a sus centros el lunes. Su vuelta dependía de cómo estuviera la tasa de contagios, que hasta la semana pasada era irrosoriamente baja donde vivimos pero se va disparando.
Estoy con un nudo en el estómago. Otra vez con el corazón encogido cada vez que suena el móvil pensando que van a decirnos que han sido contacto de un positivo.
Y es que fuera del colegio las niñas no tienen contacto más que con nosotros y con mis padres que son las que las cuidan por las tardes y los días que no hay colegio pero yo sí trabajo.
Intentamos ser muy cuidadosos, hacer cero vida social, correr los mínimos riesgos. Sólo espero que valga de algo.
Espero que vosotros os encontréis bien. Que antes había que manejar al virus y ahora manejamos al virus y la ola de frío. A ver con qué más nos sorprende 2021 (que sí, que lo de USA da también para mucho tema, pero hoy no tengo ni ganas ni tiempo para cortar telas de tal envergadura)
Nos leemos la semana próxima, y me paso por vuestras cocinas en cuatro ratitos que Enero es un mes de muchísimo trabajo para mí.
Manos a la masa y ¡bon appétit!