Las mil maneras de llamar a un mismo pastel. En Asturias los llamamos Mugis y para mi gusto, son uno de los pasteles de bollería más ricos que he probado nunca. Al llevar la crema son muy jugosos y luego tienen ese sabor a mantequilla de toda la bollería que los hace ¡Deliciosos!.
Aquí se llaman Mugis, en Salamanca Raquetas, en Madrid Orejas y en Luxemburgo (que me lo ha dicho mi amiga Yoli que vive allí) Huit, pero seguro que en todas partes, nos estamos refiriendo al mismo pastel.
No os voy a engañar, es una receta laboriosa, no es difícil, pero requiere sobre todo de muchos tiempos de espera. Dado que ya empieza el fresquito, es la receta ideal para preparar una mañana de domingo y disfrutarla a la hora de la merienda.
Como ya os he dicho en otras ocasiones, mis abuelos tenían una pastelería y los Mugis y toda la bollería en general, eran una de sus especialidades. Al publicar ayer la foto de los Mugis recién horneados, mi hermano y mi sobrina dijeron lo mismo "Son como los de la confi", pero está vez, no me voy a atribuir el mérito de la receta, porque no lo tengo.
Desde que se los vi a María del blog "Recetines Asgaya" me quedaron en la carpeta de ¡Tengo que hacerlos! y por fin me he decido a prepararlos.
María tiene un blog fantástico, del que he preparado un montón de recetas y siempre con éxito, así que no dejéis de visitarla.
Yo he doblado cantidades de todo, por aquello de que en mi casa, un dulce dura menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Con las cantidades que os marco, salen unos 14 mugis. Espero que os animéis a prepararlos.
Vamos con la receta.
Ingredientes
Crema Pastelera
1/2 l de leche
1 vaina de vainilla. Yo he utilizado una cucharadita de vainilla en pasta de la marca Homechef
60 gr de maizena
130 gr de azúcar
2 yemas de huevo
Un poco de corteza de naranja o de limón
Almíbar
100 gr de agua
100 gr de azúcar
Masa
1/2 kg de harina
8 gr de sal
1 cubo de levadura de panadería
40 gr de azúcar
2 huevos
200 gr de leche
200 gr de mantequilla
Preparación
Comenzamos preparando la crema pastelera
En un cazo ponemos casi toda la leche (dejamos como medio vaso para mezclar la maizena y las yemas), el azúcar, la vainilla y la corteza de naranja. Lo ponemos a fuego medio para que se vaya infusionando.
En un vaso, colocamos la maizena, las yemas y la leche que reservamos. Mezclamos bien y colamos por si ha quedado algún grumo.
Cuando la leche que tenemos en el cazo rompa a hervir, quitamos la vainilla y la corteza y echamos la mezcla que tenemos en el vaso. Revolvemos con una cuchara o con una varilla hasta que espese (no tarda ni un minuto).
Volcamos la crema en un cuenco y tapamos con un film transparente (que esté en contacto con la crema) para que no se forme costra. Reservamos.
Preparamos ahora la masa de bollería.
En un vaso ponemos un poco de la leche y le damos un golpe de micro ondas. Deshacemos en ella la levadura
En un bol ponemos el harina. Formamos un volcán con ella y añadimos todos los ingredientes , excepto la mantequilla. Echamos también la levadura que hemos deshecho con la leche.Mezclamos con una cuchara o con las manos, hasta que la masa ya se pueda trabajar en la meseta. Como siempre os digo cuando trabajamos con masas, la cantidad de harina es un poco orientativa, depende mucho del tamaño de los huevos. Espolvoreamos harina en la mesa y trabajamos la masa hasta que no se nos pegue en las manos. La colocamos en un plato y la dejamos reposar tapada unos 15 minutos.
pasado este tiempo, volvemos a colocar en la mesa y trabajamos con el rodillo hasta formar un rectángulo.
En la mitad inferior, colocamos la mantequilla (que llevará un buen rato fuera de la nevera) cortada en daditos. Plegamos la masa por la mitad , la sellamos un poco por todos los extremos para que no se salga la mantequilla y estiramos con el rodillo hasta formar un rectángulo. Este proceso es un poco engorroso, porque la mantequilla, que está blanda, insiste en salirse por todas partes, pero...¡Tened paciencia!.
Doblamos en tres partes y la llevamos al frigorífico tapada durante 15 minutos.
Sacamos del frigorífico, espolvoreamos la mesa con harina y volvemos a hacer lo mismo: rodillo-rectángulo-plegar en tres y... de nuevo al frigo durante 15 min. Así hay que hacerlo otras dos veces más. En total: 1 h y 15 min esperando por la masa.La última vez que la plegáis se deja reposar 30 min en el frigo.
Estiramos la masa hasta formar un rectángulo. Cortamos tiras a la larga de unos dos dedos de ancho. Yo he utilizado una tablilla de madera y un cortapizzas. Cogemos la tira por cada uno de los extremos y enroscamos en sentido a las agujas del reloj con el extremo derecho y a la inversa en el izquierdo. Le damos la forma girando los extremos hacia adentro y colocamos en la bandeja del horno (que tendrá un papel de horno) y dejamos el sitio para colocar la crema.
Vamos poniendo los mugis en la bandeja (yo puse 6 por bandeja) dejando sitio entre ellos.
Colocamos la crema en una manga pastelera con boquilla y ponemos la crema en los huecos de los mugis. Tapamos y dejamos reposar (yo los deje como 3/4 de h). Pintamos con huevo batido y los llevamos al horno, precalentado a 200º calor arriba y abajo durante 15 min.
Mientras están en el horno, preparamos el almíbar para pintarlos. Calentamos el azúcar y el agua hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Cuando sacamos los mugis del horno, los pincelamos suavemente con el almíbar y ahora sólo queda que se enfríen para poder comerlos.
Como veis, es una receta con mucha elaboración, pero os aseguro que no es difícil y sobre todo: ¡Quedan deliciosos!.
¡Hasta la próxima!