Hemos visto como el gobierno italiano ha confinado a todo el país. “Yo me quedo en casa” es la campaña lanzada en las redes sociales por celebridades como Laura Pausini o Chiara Ferragni para animar a los italianos a no salir de sus hogares y contener así la epidemia del coronavirus. Y esta misma semana los madrileños se han encontrado con supermercados vacíos cuando han salido a hacer la compra.
Lo bien cierto es que no hay ningún problema de suministro. Y no creo que lo haya pero, actualmente, en caso de infección, las autoridades instan a no salir de casa, lo que obligará a muchas personas a comer con lo que tengan almacenado en la despensa.
Eso me hace preguntarme si realmente deberíamos preocuparnos de que el brote de coronavirus pueda dificultarnos en un futuro cercano el acceso a los alimentos. ¿Debería preocuparme? ¿Es realmente necesario hacer un acopio de víveres en el supermercado? Pues lo siento, no puedo daros ninguna respuesta. Supongo que lo mejor que puedo hacer es seguir comprando lo que habitualmente compro, respecto a los productos perecederos y comprar algo extra para disponer de un stock mínimo para dos semanas dada la incertidumbre que genera esta situación. ¡Nada de alarmismos exagerados que nos obligue a tirar comida después!. Simplemente estoy pensando en voz alta.
Leyendo prensa extranjera, veo artículos como el de la BBC (Reino Unido) en el que se anuncia que el gobierno permite alargar los horarios de recepción de mercancía en las tiendas para asegurarse de que las tiendas permanezcan abastecidas con artículos básicos en medio de las preocupaciones por el almacenamiento, o como el de NYP (USA) en el que instan a las personas mayores a abastecerse de alimentos y quedarse en casa en medio de los temores del coronavirus, o como el del Le Figaro (Francia) en el que cuentan como los supermercados han observado un aumento inusual en la cesta de la compra. A medida que el coronavirus continúa propagándose, más personas pueden verse sometidas a la cuarentena doméstica o bien elegir auto-aislarse en su hogar. Quizá no es una mala idea tener a mano alimentos no perecederos en caso de que surja una situación que nos dificultase acercarnos a comprar al supermercado… pero sin histerismos.
Probablemente no me haga daño tener un stock de productos de alimentación y limpieza para dos o tres semanas y así no tener que acudir al supermercado muy a menudo. Pero sinceramente creo que acaparar suministros para meses sería ir demasiado lejos y mucha gente parece estar perdiendo la cordura cuando veo fotografías de los carros y carros de alimentos que se están llevando a casa. ¿Van demasiado lejos?
El hecho de que piense que no es mala idea hacer un acopio moderado de alimentos en el hogar se debe a la posibilidad de que nos aconsejen no salir frecuentemente de casa (sobre todo a grupos de riesgo) o que simplemente auto decidamos evitar salir de casa en la medida de lo posible.
Pero es mi opinión que debemos ser razonables con la cantidad de alimentos que compremos y nos aseguraremos de consumirlos antes de que se estropeen.
Hoy todavía hay muchas incógnitas en torno al coronavirus y la situación puede cambiar en cualquier momento por eso tendremos que estar muy atentos a las noticias e instrucciones que recibamos de los organismos facultados para ello.
Todo este asunto me ha dado que pensar en sobre qué tener en casa para tener un stock mínimo para dos o tres semanas:
PRODUCTOS ENLATADOS O ENVASADOSLos artículos enlatados son productos básicos perfectos para guardarlos durante mucho tiempo. Si se mantienen a una temperatura moderada (aproximadamente 75 grados), pueden durar décadas. Tener verduras y frutas enlatadas a la mano es una excelente manera de asegurarnos consumir vitaminas y minerales esenciales.
Frutas: frutas enlatada o envasada que no tenga azúcar agregada. Dependiendo del tipo de fruta, la vitamina C variará de aproximadamente 45% (melocotones) a 90% (naranjas) de la cantidad diaria recomendada por porción.
Verduras: una excelente fuente de fibra, vitamina C y otros nutrientes. Buscad productos bajos en sodio. Encontraréis guisantes, judías, tomates, maíz, zanahorias, alcachofas, …
Legumbres:todas las variedades de legumbre (lentejas, garbanzos, alubias, habas…) enlatadas son una gran fuente de proteína vegetal. Revisad la etiqueta para aseguraros de que no haya sal adicional. Los garbanzos también son muy ricos en proteínas.
Raviolis: Si bien algunas pastas enlatadas tienden a ser altas en sodio (alrededor de 700 miligramos por porción), los raviolis proporcionan carbohidratos y proteínas y son bajos en grasas saturadas.
Pescado: una maravillosa fuente de proteínas y ácidos grasos omega3: atún, salmón, anchoas, sardinas…
Sopas: Elegid sopas bajas en sodio y tened en cuenta el contenido de grasa.
BÁSICOS EN LA DESPENSA
Compota de manzana: se conserva en un lugar seco y fresco durante varios años
Arroz: puede durar hasta cuatro o cinco años.
Legumbres secas: pueden durar hasta año y medio.
Pasta seca (fideos, macarrones, espaguetis, tallarines,…): dura meses si se conserva en un lugar seco y fresco.
Caldo de pollo/caldo de verduras: os pueden durar hasta un año a temperatura ambiente sin abrir.
Frutas secas( albaricoques secos, las ciruelas secas, uvas pasas…): pueden durar hasta seis meses en su envase original sin abrir. Una vez abiertas podéis guardarlas en un recipiente hermético en la nevera y os durarán hasta seis meses más.
Frutos secos (nueces, cacahuetes, almendras, avellanas…): no caducan aunque pueden perder aroma, textura o sabor. Cuando un fruto seco no está en buen estado se nota enseguida porque sabe muy mal porque se hacen rancios.
Leche esterilizada: puede guardarse por un periodo de cinco a seis meses, si no se abre.
Aceite: durará meses en la despensa.
Harina
Sal
Azúcar
Es importante no confundir en el etiquetado de alimentos la fecha de caducidad con la de consumo preferente. La primera indica cuándo no debe tomarse un alimento porque pone en peligro la salud, mientras que la segunda solo indica la pérdida de propiedades del producto.
COMIDA CONGELADA
Fruta y verduras
Carnes y aves
Pescado
PRODUCTOS PERECEDEROS DE MAYOR DURACIÓN
Los alimentos frescos siguen siendo importantes. Sin embargo, algunos productos perecederos duran más que otros.
Pan: no dura más de uno o dos días pero la buena noticia es que se puede congelar. Lo ideal es no tenerlo más de cuatro semanas congelado pero podría aguantar hasta un máximo de tres meses.
Mantequilla: durará meses en la nevera.
Queso: los más duros pueden durar un mes o mas en la nevera.
Patatas: a temperatura ambiente os pueden durar entre tres y cinco semanas.
Naranjas, mandarinas y limones: duran hasta dos o tres semanas en la nevera.
Manzanas y peras: se pueden conservar frescas entre tres o cuatro semanas si las guardamos en la nevera.
Zanahorias: os durarán hasta quince días en la nevera.
Ajo y cebolla: a temperatura ambiente durarán hasta dos meses.
Huevos: deberéis guardarlos en su caja original para protegerlos. Durarán de tres a cinco semanas después de la compra cuando se refrigeren adecuadamente.
Por supuesto, comprobad las fechas de caducidad de los productos para aseguraros de que los compráis recién envasados o al menos que tienen un tiempo largo de duración.
Y no nos olvidemos de los alimentos “reconfortantes” como el chocolate y el café, aunque no sean estrictamente esenciales. El café y el chocolate nos pueden hacer sentir bien en un momento dado.