Mira que me gusta la cocina asiática!!! Había probado los rollitos vietnamitas o Nems, pero nunca los había hecho en casa.
Pensamos que la cocina de fuera de nuestras fronteras es muy difícil, pero eso no es siempre cierto. Lo que ocurre es que utiliza ingredientes y especias no usados por nosotros y que están alejados de nuestra cultura culinaria. Eso a mi me parece un aliciente más para preparar recetas nuevas y de países remotos, aunque yo las adapto un poco a nuestro modo de cocinar.
No me gusta hacer propaganda sin más, pero yo utilicé las obleas de arroz de Carrefour y el hecho de verlas en el hipermercado me hizo hacerme con el resto de los ingredientes.
Para 10 rollitos vietnamitas:
1 estuche de obleas de arroz
250 g de carne picada de cerdo
3 zanahorias
1 puerro
150 g de col o repollo
aceite de oliva
salsa de soja
gengibre rallado
vinagre de arroz
aceite de girasol para freír los rollitos
Se cuece la col o repollo en agua abundante hasta que estén blanditas sus hojas. Se reserva picada.
En una sartén o wok se pone un poco de aceite, se añade el puerro picado y las tres zanahorias ralladas muy finas y se deja que se poche un poco a fuego más bien bajito. Se añade la carne picada de cerdo, el jengibre rallado (opcional) y una cucharada de salsa de soja y se sube el fuego. Se deja que se cocine la carne.
Se añade la col troceada, se revuelve todo y se rectifica de sal (ya sabéis que la soja es muy salada).
Se van preparando los rollitos. Para ello se pone un recipiente de agua templada y se añade un chorrito de vinagre de arroz.
Se extiende un paño de cocina limpio y seco para trabajar. Se introduce una oblea en el agua templada unos segundos (no más, pues se convierte si no en una masa ingobernable parecida al plástico, lo sé porque me pasó)
Se saca al paño, se extiende y se seca.
Con una cucharita se pone el relleno en el centro hacia abajo:
Se hace como un sobre, doblando los extremos de izquierda y derecha a la vez que se va enrollando.
Se pegan los bordes con un poco de agua de la de remojar las obleas. Se reservan los rollitos.
Se pone a calentar abundante aceite y se fríen hasta que se pongan un poco doraditos, pero no os desesperéis, pues más bien quedan blanquitos.
Se sacan a un papel absorbente y se sirven inmediatamente emplatados sobre lechuga y acompañados por salsa de soja.