Este es uno de esos postres que empiezas probándolo y no puedes parar de comerlo, así que si estás en plena operación bikini no sigas leyendo porque te aseguro que vas a caer en la tentación. En casa ha durado a penas un día y medio y eso que tenía un tamaño importante. !Éxito total!
Es una masa diferente, esponjosa pero no húmeda, que combinada con el glaseado de naranja hacen de éste un postre de los que repites sin lugar a dudas ya que además lo puedes adaptar para cualquier situación, celebración o simplemente para tu desayuno o merienda.
No tiene ninguna complicación, de hecho es muy fácil de hacer, lo único que tienes que respetar unos tiempos de leudado de la masa para que te queden unos rollos de naranja perfectos. Así que con un poco de paciencia y mucho amor, puedes tener sobre tu mesa esto que te muestro….
INGREDIENTES:
Para la masa:
650 gr. de harina
75 gr. de azúcar
4 huevos medianos
7 gr. de levadura seca de panadero
250 ml. de leche
75 gr. de mantequilla
1/2 cucharadita de sal
Un chorrito de nata (crema de leche) líquida para sellar la masa
Para el glaseado de naranja:
200 gr. de azúcar glass
Ralladura de 1 naranja
60 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
El zumo de media naranja
1 cucharadita de extracto de vainilla
ELABORACIÓN:
Comenzamos preparando los rollitos y para ello vamos a empezar mezclando a mano o con el gancho de la batidora, la mitad de la harina con la levadura seca de panadero.
En un cazo ponemos la leche, el azúcar, la mantequilla y la sal y lo ponemos al fuego hasta que se caliente sin llegar a hervir. Apartamos el cazo del fuego y dejamos que se temple.
Añadimos la mezcla anterior a la mezcla de la harina con la levadura y batimos hasta que se integre.
Ahora vamos a ir añadiendo los huevos uno a uno hasta que esté todo bien mezclado.
Incorporamos el resto de la harina que habíamos dejado reservada y batimos durante 5 minutos hasta formar una masa lisa y brillante.
Engrasamos un bol e introducimos la masa. Tapamos el bol con film transparente y dejamos fermentar durante dos horas aproximadamente, momento en el que la masa habrá doblado su tamaño.
Mientras dejamos la masa leudar, vamos a preparar el glaseado con el que rellenaremos y cubriremos nuestros rollitos y para ello vamos a batir todos los ingredientes juntos excepto la vainilla hasta conseguir una mezcla cremosa. Dividimos la mezcla en dos partes y añadiremos la vainilla a una de ellas.
Pasadas las dos horas, sacamos la masa que habíamos dejado leudando del bol y la colocamos sobre una superficie enharinada. La estiramos con ayuda de un rodillo dándole forma de cuadrado.
Untamos toda la superficie de nuestro cuadrado con la mitad de la crema a la que le habíamos añadido la vainilla y vamos a ir enrollandolo sobre si mismo formando un rulo e intentando apretarlo mientras lo enrollamos.
Con ayuda de un pincel pintamos con la nata (crema de leche) líquida, todo el borde a lo largo del rulo a modo de “pegamento” para evitar que se nos abran los rollitos durante el horneado.
Cortamos los extremos para dejar el rulo recto y vamos a ir cortando lonchas de 2 cm aproximadamente. Los colocamos de pie en el molde que vayamos a utilizar para hornearlos, previamente engrasado para evitar que se nos peguen.
Tapamos el molde con film transparente y dejamos que crezcan un poco más durante aproximadamente una hora.
Después de una hora vamos a pintar los rollitos con nata (crema de leche) líquida y los introducimos en el horno durante aproximadamente 20 minutos, vigilando que no se doren demasiado. Pasado este tiempo los pinchamos con un palito y si éste sale limpio, es que ya están listos.
Sacamos del horno y dejamos que se enfríen un poco antes de echarles por encima la otra mitad de glaseado que habíamos dejado reservada.
ALGUNAS ACLARACIONES:
La levadura seca de panadero es un tipo de levadura que se obtiene a partir de la deshidratación de la levadura fresca. Viene normalmente en sobres, en forma de pequeños granitos de color gris parecidos a semillas y no requiere condiciones especiales de conservación como ocurre con la levadura fresca que necesita frío y tiene una caducidad muy corta.
No tengo palabras para describir el olor que había en toda la casa cuando se estaban horneando los rollitos, impresionante.