Hoy vengo con otro bizcocho especiado. Hace poco os traje un delicioso gingerbread, como se denomina en Reino Unido, y hoy os traigo un pan de especias, pain dépices, como se denomina en Francia. Si no son lo mismo, son muy parecidos y ambos deliciosos. El de hoy, además, es una versión bastante ligera ya que no lleva huevo ni ningún tipo de grasa (aceite o mantequilla), con harina integral y, en mi caso, sin azúcar añadido. Aún así queda esponjoso y delicioso. Me encanta para desayunar y últimamente lo hago a menudo. No es demasiado dulce por lo que queda muy bien untado con mermelada o miel. A mí de todas formas como más me gusta es solo, para degustar a fondo el sabor que dejan las especias y que es maravilloso. Además queda un aroma en la cocina que es una maravilla. Merece mucho, muchísimo la pena.
Receta adaptada del blog Albahaca y Canela.
INGREDIENTES
100 gramos de azúcar moreno (yo utilicé edulcorante, de Sukrin, en igual cantidad)
330 ml de leche desnatada
80 gramos de miel (yo un sirope equivalente sin azúcar)
200 gramos de harina integral de trigo
140 gramos de harina blanca de trigo
125 gramos de queso fresco batido 0%
2 cucharaditas de bicarbonato (disueltas en 2 cucharadas de agua)
1 pizca de sal
2 cucharaditas de canela
1 y 1/2 cucharaditas de jengibre
1/2 cucharadita de nuez moscada
1 pizca de clavo molido
PREPARACIÓN
- Ponemos el horno a calentar a 160ºC y mientras calentamos en una cazuela la leche, con el azúcar y la miel, removiendo hasta que quede un líquido homogéneo.
- Retiramos del fuego, añadimos la sal y dejamos reposar.
- Mientras, en un bol mezclamos las harinas con las especias.
- Hacemos un hueco en el centro y añadimos el líquido anterior. Mezclamos bien.
- Añadimos el queso y el bicarbonato disuelto y seguimos mezclando hasta obtener una masa homogénea, si grumos.
- Vertemos la mezcla en un molde forrado y horneamos 25 minutos. Pasado ese tiempo, tapamos el molde con un poco de papel de aluminio para que no se queme y horneamos otros 20-25 minutos subiendo la temperatura a 200ºC.
- Pasado el tiempo, pinchamos en el centro para comprobar que está bien hecho y lo sacamos del horno. Desmoldamos cuando no queme y lo dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
- Como todo este tipo de bizcochos, suele ser mejor dejarlos reposar unas horas. Yo lo suelo hacer la tarde anterior para desayunarlo a primera hora. Queda realmente delicioso y además sin remordimientos. Buenísimo!
Qué lo disfrutéis! :)
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