Ya hace unas semanitas que hemos empezado un nuevo año, y con él estoy segura de que todos nos hemos propuesto algún cambio en nuestra vida (como pasa siempre! ). Pero no todos son fáciles cumplir o de seguir, y por mucho que nos empeñemos, hay algunos propósitos que dejaremos por el camino. Solemos pensar en empezar nuevos hábitos que nos hagan mejores: aprender ése idioma que se nos atraganta, viajar y conocer otros lugares, ahorrar un poco o cuidarnos y adelgazar (o al menos empezar a comer más saludablemente). Pues con ésta receta os voy a ayudar un poquito en tres cosas: conocer un poquito de la gastronomía de otro país, ahorrar un pelín y no aportar demasiadas calorías a nuestro postre.
Nos tenemos que ir hasta Italia, concretamente a la zona de Piamonte, para conocer éste postre: la Panna Cotta. Como su propio nombre indica, se trata de un dulce a base de nata (crema de leche) cocida y gelificantes. Tiene una textura que puede recordar al flan, pero está más cerca del de una gelatina, y su sabor lácteo pero suave, la verdad es que está riquisimo. En cualquier restaurante italiano o pizzería seguramente que lo puedes encontrar como “caseros” y te van a cobrar una pasta por ello. Pero si quieres prepararlo tu en casa no es nada complicado. Y así ahorras unos pocos eurillos.
Y si encima sigues ésta receta vas a seguir cuidándote, ya que te voy a mostrar una versión más ligera que la tradicional. Con lo cual no te sentirás culpable si estás siguiendo una dieta. No sé exactamente las calorías que tiene (ni las sé calcular) pero con unos pequeños cambios a los ingredientes originales, te aseguro que las vamos a reducir; si usamos leche desnatada en vez de entera y leche evaporada en vez de nata (crema de leche)…. ¿crees de verdad que tendrá muchas calorías? Seguro que no! Así que vamos a ello.
Toma nota de los ingredientes que vamos a usar para unas 4 raciones:
250 ml de leche desnatada
250 ml de leche evaporada
3 gr de stevia
5 láminas de gelatina neutra
5 ml de extracto de vainilla
No suelo utilizar la stevia, pero tenía un bote de grageas en casa. En la receta en la que me he basado ponía que usaban 1 gramo de una en polvo del 95% de pureza, así que he mirado la características de la que yo dispongo y veo que es del un 35%. Y haciendo un cálculo aproximado (y a mi manera!), he creído oportuno poner 3 gramos y machacarlos para obtener polvo. Pero si tienes otro edulcorante en tu casa…. debes ponerlo a tu gusto.
Bueno, empezamos? Presta atención porqué hay muy pocos pasos a seguir, y no quiero que te pierdas. Lo primero que vamos a hacer es hidratar las láminas de gelatina. Sigue las instrucciones del envase, pero si las pones en agua fría unos 10 minutos…acertarás seguro. El hecho es que se queden blandas por completo.
Mientras tanto, pon el resto de ingredientes en un cazo. Te aconsejo que si puedes usar vainas de vainilla natural las utilices en vez del extracto; le darán mucho más sabor! Pero como son un poco caras…. la esencia de vainilla hará un magnífico trabajo. Yo he usado el de la marca Vahiné (y no es por hacer publicidad), sino más bien es para decir lo accesible y económico que es. Sea cual sea el que quieras usar tu, ponlo en el cazo junto las leches y la stevia machacada. Pon el fuego a una intensidad media, y sin dejar de remover espera a que arranque a hervir. Remarco lo de no dejar de remover porqué ya sabes que la leche se pega rápidamente y se quema fácilmente! la cuestión es que en cuanto empiece a hervir, vamos a retirarlo del fuego y a dejarlo atemperar un poco antes de añadirle la gelatina bien escurrida. Y sólo nos falta separarlo en los moldes. Yo he usado unos vasos la mar de prácticos. Cuando se hayan enfriado lo suficiente, los meteremos en la nevera durante al menos 4 horas.
A la hora de servir es típico acompañarla con mermelada de fruta frescas o alguna salsa dulce. Yo he aprovechado unos pocos frutos del bosque congelados (con arándanos, moras, frambuesas, etc.) que me quedaban para preparar un culís. Simplemente he puesto en un cazo pequeño la fruta congelada (en mi caso unos 100 gr) junto a 50 ml de agua y un poco de sacarina líquida. He dejado que se vaya reduciendo y por último lo he pasado por la batidora para dejarlo bien fino. Puedes presentar la Panna Cotta de varias maneras: en un plato (a modo de flan) con el culís por encima como re muestro:
O bien, si prefieres no ensuciar más cacharros, puedes servirlo directamente en el vaso. En éste caso solo hace falta cubrir la superfície con el culís y listo!
Espero que la pruebes y no te quedes con las ganas de un dulce. Porqué todos necesitamos endulzarnos el día en algún momento. Hasta la próxima golos@s
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