Esta receta me la dio Alberto, mi cuñado, no sé si lo copié todo bien, a lo mejor no se hacen exactamente así, pero estos triangulitos como yo los llamo resultaron muy ricos y ya los he repetido en varias ocasiones. Una idea más para estas Fiestas que ya están tan cerca.
2 medias pechugas de pollo sin piel ni huesos
un buen manojo de perejil
unos 70 gr. de mantequilla
un buen puñado de almendras
colorante amarillo
jengibre molido
1 cebolla grande
aceite de oliva
pasta filo
azúcar glass
canela molida
3 ó 4 huevos
En una cacerola ponemos la mantequilla, la cebolla picada, el pollo troceado a cuadraditos pequeños, bien espolvoreado de jengibre, la sal y bastante colorante, a esta receta le va muy bien el color amarillo. Lo vamos haciendo todo a fuego medio dándole vueltas, vueltas.
Aparte freiremos el puñado de almendras en un poco de aceite, las trituramos y las agregamos junto con el aceite al refrito anterior. Dejamos que se mezcle todo muy bien y cuando ya esté el pollo hecho, a esta masa le agregamos los huevos que tenemos que batir previamente. Dejamos que se mezcle todo bien formando una masa manejable.
Dejamos templar y una vez templada la masa vamos formando los triangulitos en la pasta filo, doblamos lado pico, lado pico... es difícil explicar. Del tamaño que más nos guste, pero pequeñitos quedan muy bien y cómodos para comer.
Una vez formados los triángulos lo ponemos en el horno previamente calentado a 180º unos 10-12 minutos, o hasta que veamos que la pasta está doradita y crujiente. Luego se espolvorea con azúcar glass mezclada con una pizquita de canela molida.
Si os sale mucha masa, se puede congelar sin problemas (sin la pasta filo) y usar en otra ocasión.