Hace un par de años, mi marido y yo estuvimos visitando Montpelier y comimos una carne servida con una salsa y estas patatas como acompañamiento. Las patatas estaban buenísimas así que, ni corta ni perezosa, les pregunté como las habían preparado. Me contaron que las preparaban igual que las patatas Café de Paris de Paris pero con patatas enteras.
Para preparar esta sencilla guarnición de inspiración francesa, las patatas enteras, y sin pelar, se hierven o se cuecen en el microondas, luego se pelan, se cortan en rodajas y se saltean en mantequilla, resultando en unas patatas doradas y crujientes. Por supuesto, como buenos españoles podemos sustituir la mantequilla por el aceite de oliva virgen extra que es mas saludable. Pero podéis probarlas con mantequilla también ya que que les da un sabor y un aroma excelente.
Una receta que demuestra la grandeza de una humilde patata, convertida en algo delicioso simplemente salteándola con aceite o mantequilla. De acuerdo, no es tan saludable como la patata hervida pero no está completamente frita. Estas patatas tienen una textura diferente a la de las patatas fritas.
¡Una vez las hayáis probado no podréis prescindir de ellas!
Patatas París
Dificultad: fácil
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Ingredientes
1 patata tamaño medio por persona
mantequilla
sal
hierbas provenzales
Preparación
Lavad bien las patatas.
Envolvemos la patata en papel film y la metemos en el microondas durante 4 a 5 minutos según el grosor de la patata a 750 o hasta que esté tierna. Tienen que estar tiernas pero no excesivamente hechas. Si preferís las podéis hervir. Con piel. Echadlas cuando el agua ya esté hirviendo. Evidentemente, va a depender del tamaño de la patata pero, como referencia, las medianas necesitarán unos 20 minutos y las más grandes 30.
Cortáis las patatas en medallones gruesos (podéis dejarle la piel si queréis). Las doráis en una sartén con mantequilla. Un momento antes que las vayais a sacar ponéis sal y las hierbas.
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