La melaza de granada, que puede comprarse ya preparada, se obtiene como reducción de una mezcla de zumo de granada, azúcar y zumo de limón, resultando un jarabe denso, de color rubí y matices de sabor ácidos y dulces.
El zumaque o sumac es una especia originaria de Oriente Próximo, muy común en Turquía y Líbano. Tiene un bonito color rojizo y un sabor acidulante (los romanos lo usaban como nosotros hoy día el vinagre o el limón).
Ingredientes
3 berenjenas medianas
2 ajos confitados
1 yogur
2 c/s de melaza de granada
1 c/s de azúcar muscovado
1 c/s de zumaque (sumac)
1 c/s de zumo de limón
sal, pimienta negra
aceite de oliva
Preparación
El secreto de esta preparación es asar las berenjenas directamente encima de las brasas, de esta manera se hacen rápidamente y adquieren ese inconfundible y apreciado sabor ahumado.
Los ajos confitados pueden sustituirse por un ajo fresco finamente picado.
Asar las berenjenas directamente sobre las brasas, darles la vuelta con frecuencia para que se vayan haciendo de manera uniforme y no se quemen rápidamente. Se van ablandando poco a poco y la piel se va tostando y oscureciendo. Cuando empiece a cuartearse y estén blandas, retirarlas del fuego y envolverlas en papel de aluminio para que mantengan el calor y acaben de cocerse por dentro.
Pelarlas con cuidado de no quemarse y colocarlasen un bol o plato hondo. Chafarlas con ayuda de un tenedor hasta obtener una textura gruesa (no queremos un puré fino y homogéneo).
Añadir los aderezos y condimentos: los ajos, previamente chafados, el yogur, la melaza de granada, el azúcar, el zumaque, el zumo de limón, sal, pimienta negra y aceite de oliva. Mezclar bien hasta que los todos los ingredientes queden integrados. Probar y rectificar de alguno si es necesario.
Servir como aperitivo acompañado de tostadas o como guarnición de otros platos.