La verdad es que la semana pasada tenía un resfriado de dos pares, y no tenía fuerzas ni para ponerme frente al ordenador.
Pero una vez recuperadas las fuerzas, me he puesto manos a la obra con muchas cositas ricas y sencillas, como estas pechugas.
Son muy muy fáciles de preparar, y además, las podéis tener preparadas con antelación, y darles el último toque de calor en el momento de comer.
La salsa lleva nata (crema de leche) o crema de leche, pero también podéis sustituirla por leche evaporada, que es un poco más ligera, esto lo dejo a vuestra elección.
Y poquito más que contar, que vamos al lío y veréis qué sencilla es......
Ingredientes:
3 pechugas de pollo enteras
200 ml de nata (crema de leche) (crema de leche)
200 ml de vino fino (o blanco en su defecto)
2 cucharas de mostaza tipo antigua, la que tiene granos
3 cucharadas de miel
aceite de oliva
sal
Pimienta
1. - Salpimentamos las pechugas y ponemos una sartén con un poco de aceite a calentar.
2. - Pasamos las pechugas por la sartén y las doramos por los dos lados. Las apartamos y reservamos.
3. - En la misma sartén echamos el vino y la miel y dejamos que hierva un par de minutos, para que evapore el alcohol.
4. -Añadimos la nata (crema de leche) y la mostaza y cuando esté todo bien ligado, metemos las pechugas en la salsa
(Llegados a este punto, podéis apartar y hacéis el siguiente paso en el momento de comer).
5. - Una vez metemos las pechugas, tapamos y dejamos cocer 15 minutos a fuego lento, dándoles la vuelta a mitad de la cocción.
Y ya está!!!!!!!
Fácil, sencilla y deliciosa!!!!
Gustáis?????