Pues eso, que hace unos días pregunté en facebook si preferíais receta de helado o de calabacines. Ganaron los helados, por eso el martes desayunasteis un rico polo de yogur con nocilla casera. Pero el margen fue muy ajustado, así que hoy toca calabacín.
Y ¿por qué calabacines? Pues porque es un producto hortícola de plena temporada, porque su cultivo es muy fácil en los huertos urbanos tan de moda y en los huertos de pueblo de toda la vida. Y porque mi huertito nos está dando un montón este año a pesar del inclemente tiempo calurosísimo. Pero muchos muchos muchos. Y estoy experimentando diferentes formas de comerlos para que no sean siempre lo mismo y no aburrirnos. Como ejemplo, estas hamburguesas de calabacín y garbanzos, excelente forma de comer, además, legumbres en veranos o este tartar de calabacín y salmón ahumado que es uno de mis platos favoritos (y del cachorrito mayor, no sabéis cómo se lo come).
Hoy viajajos a Italia para degustar una maravillosa salsa pesto de calabacín perfecta para cualquier tipo de pasta, robada del blog de mi amiga Patricia, Las cosas de mi cocina. Ya estáis corriendo a hacerle una visita porque ha dejado su blog monísimo y porque tiene unas recetas de infarto. Hacedme caso. Y luego ya, continuáis leyendo la
receta de pesto de calabacín
1 calabacín pequeño, unos 300 gr.
100 ml. de aceite de oliva aromatizado con albahaca**
50 gr. de piñones
50 gr. de queso curado
1 diente de ajo
1/2 cucharadita de sal
En My cook:
Lavamos bien el calabacín y le quitamos "el culo". Podemos pelarlo si preferimos.
Ponemos en la My cook 50 ml. de aceite de oliva aromatizazo con albahaca y el diente de ajo. Programamos 1 min, 100ºC, velocidad 1 (sofrito)
Incorporamos el calabacín troceado y volvemos a programar 5 min, 100ºC, velocidad 1.
Añadimos los piñones, el queso y el resto del aceite y damos un par de golpes de turbo para triturarla hasta que la salsa tenga la consistencia deseada.Tradicional:
Igual que antes
En una sartén, sofreímos la mitad del aceite con el diente de ajo, un par de minutos, sin que llegue a tostarse el ajito.
Añadimos el calabacín cortado en rodajas no muy gruesas y sofreímos para que se ablande.
Pasamos el calabacín con el caldo que haya soltado y el aceite de sofreír al vaso de la batidora. Añadimos el resto de los ingredientes y trituramso bien hasta obtener una salsa espesa.Se pueden reservar unos piñones para decorar.
Esta salsa es perfecta para cualquier tipo de pasta y, además, presenta una ventaja añadida: se puede congelar en porciones individuales (yo lo hago en botes de cristal no muy grandes). He decidido que voy a hacer un cargamento con los próximos calabacines porque me parece una forma ideal de ir consumiéndolos cuando su temporada ya haya finalizado; el calabacín no es una hortaliza que se pueda congelar fácilmente.
**sobre el aceite de albahaca: yo lo hago simplemente metiendo unas hojitas de albahaca en una botella de aceite. Este año he hecho aceites con todas las aromáticas de mi huertito, ¡están de buenos! y le dan un toque súper especial a los sofritos, los panes, las ensaladas, ¡a todo!
Pero si no lo tenéis, para esta receta podéis usar, simplemente, aceite y unas hojas de albahaca fresca.
Espero que os haya gustado esta manera de comer calabacín y que también me aportéis vuestras sugerencias.
Feliz viernes y ¡buen fin de semana!