Este pescado blanco de textura y sabor suaves es uno de los preferidos d los niños y las personas mayores. Rebozado, a la plancha, al horno, con un sofrito casero... el gallo da mucho juego en la cocina.
El gallo es menos sabroso que el lenguado, un pescado con el que guarda gran parecido, el gallo cuesta entre 4 y 5 euros menos por kilo que este. Otro punto a su favor es que supera sensiblemente su contenido en calcio y en hierro.
Corazón a prueba de sustos con este pescado
Una ración de gallo aporta casi la mitad de la dosis de vitaminas B6 y B12 que requerimos al día. Este dato convierte al gallo en un alimento muy útil a la hora de reducir la probabilidad de sufrir un ataque al corazón o un ictus en personas con alto riesgo cardiovascular como la hipertensión, diabetes, etc.
El gallo es un pescado de obligada inclusión en las dietas de control de peso. Una ración de 250-270 gramos sólo proporciona 128 kcal. Todo se debe a su escaso aporte graso, un 1,2% de su peso.
Huesos en plena forma, gracias al aporte en calcio del Gallo
Con una salsa bechamel y gratinado al horno o acompañado de unas espinacas salteadas con piñones, este pescado contribuye a aumentar los depósitos de calcio. Tenlo en cuenta si tienes hijos en edad de crecimiento o sufres osteoporosis.
También destaca por su contenido en magnesio, un mineral que mejora la fuerza muscular y nuestra resistencia al estrés. Con este objetivo en mente, conviene cocinarlo con una salsa de frutos secos o servirlo con una ensalada variada.
Un pescado perfecto en la dieta de los adolescentes
Es por detrás de la pescadilla y la merluza, el pescado blanco con mayor contenido en vitamina B3. Este nutriente, indispensable para disponer de energía, resulta de gran importancia en el crecimiento y el óptimo desarrollo de los adolescentes, sobre todo en lo que respecta a su maduración sexual.
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