¿Alguna vez os habéis hecho un bocadillo de pimientos fritos? Porque yo sí y os aseguro que es una de las cosas más ricas que se pueden comer. Además, si le añades un buen queso curado, la combinación es perfecta. Aquí llega una receta básica de nuestras cocinas: pimientos verdes y rojos fritos.
Seguro que pensáis: bueno…, esta receta no es que sea muy innovadora. Y seguramente tendréis razón, pero yo soy de las que piensa firmemente, que la forma de preparar un plato puede hacer que su sabor varíe o no. Por esa razón, os muestro mi forma de elaborarlos, ya después vosotras y vosotros elegís, ¡jajaja!
INGREDIENTES:
Pimientos verdes.
Pimientos rojos.
Aceite.
Ajos.
Sal.
1º. En una sartén o perol echamos abundante de aceite de oliva. Cuando esté un poco caliente vertemos sobre el aceite unos cuantos ajos sin pelar. De tal forma que el aceite obtenga el aroma de ellos.
2º. Según se vaya calentando el aceite con los ajos, vamos lavando los pimientos. Una vez secos, para que no nos salte el aceite (importante), echamos los pimientos. Los podemos echar enteros o cortados. Yo puse el verde entero, mientras que el rojo lo corté en tiras.
3º. En mi caso, no esperé a que el aceite llegase a estar muy caliente para echar los pimientos. Además, tenéis que tener cuidado, porque a medida que se va haciendo uno de los lados, debemos ir girando los pimientos, para que se vayan cocinando completamente.
4º. Una vez hechos, los posamos sobre un recipiente. No hace falta quitarles el excedente de aceite, es más, debéis dejarlo para que queden más ricos. Y por último, echamos sal, ese puntito de sal es el que le da el toque a los pimientos fritos.
Como veis, el resultado es espectacular. ¿Quién se va a poder resistir a no coger un buen trozos de pan y unos cuantos de estos pimientos? Yo no puedo aguantarme y si alguien se aguanta, no merece leer este blog, ¡jajajaja!
Es broma, ¡jajajaja! Pero en serio, viendo las fotos, ¿alguien se puede resistir a estos pimientos verdes y rojos fritos?