A mis hijos les encanta esta receta de pollo de mi madre. La verdad es que se le dan genial todos los guisos, pero las carnes en salsa las borda. Yo diría abiertamente que son su especialidad. Cuando mis niños eran bebés que estaban comenzando a hablar la llamaban “abu” y por “abu” se ha quedado. Hace unos días comimos con ella y con mi hermano, después de meses. Estuvimos con mascarilla en su casa, con el balcón y las ventanas abiertas y comimos guardando la distancia (nosotros en un extremo de la mesa y mi madre y mi hermano en el otro). Todo esto no impidió que disfrutásemos de un buenísimo rato en su compañía. Y mis hijos no sabéis cómo celebraron el “pollo de abu”. Cuando les dijimos que en casa haríamos una cena de Nochebuena adelantada (porque no estarán con Manu y conmigo hasta Nochevieja), ¿adivináis qué me pidieron por favor que hiciese? Pues sí, el pollo de abu.
Es una receta muy, muy fácil de preparar y rapidísima. Solo necesitáis una olla exprés (es como mejor sale) y un buen pollo. Yo lo compro de corral y le pido a la carnicera que le quite la piel, lo deshuese y lo corte en trozos. Puedes prepararlo con antelación a la comida o a la cena (hasta tres días queda perfecto) y te vale para cualquier ocasión. Eso de que en Navidad, por ejemplo, solo se deben comer platos carísimos con ingredientes que nunca usas, puede valer de forma puntual (no digo que no), pero platos como este, bien presentados, son ricos y bonitos.
Un pollo de corral deshuesado, sin piel y cortado en trozos.
Dos patadas grandes o cuatro más pequeñas.
Un tomate maduro grande.
Una cebolla grande.
Dos zanahorias grandes.
Dos dientes de ajo.
100 ml de aceite de oliva virgen extra.
Un vaso (250 ml) de vino dulce de Málaga Pedro Ximénez.
Dos hojas de laurel.
Pimienta negra molida.
Una ramita de romero para decorar.
Agua.
Sal.
1º. Condimenta con sal y pimienta el pollo.
2º. En la olla exprés (sin tapa), rehoga en aceite de oliva la cebolla pelada y cortada en cuartos, el tomate cortado por la mitad junto a las zanahorias peladas y cortadas en trozos grandes. Cuando la cebolla esté dorada añade el pollo y mueve bien hasta que se selle la carne (tomará un color blanco).
3º. Añade el vino, el laurel, un poco de sal y pimienta, los dientes de ajo sin pelar y las patatas peladas y cortadas en gajos grandes. Cubre de agua y cierra la olla. Sigue las instrucciones del fabricante (en la mía, la pongo al 1 durante 15 minutos desde que haya subido el aro rojo).
4º. Cuando haya pasado el tiempo y esté la olla sin vapor, abre la tapa y coge la verdura: añade al vaso de tu batidora o de tu Thermomix las zanahorias, la cebolla, el tomate. Deshecha uno de los dos dientes de ajo. El otro, quítale la piel y añádelo junto a las otras verduras. Tritura bien con la ayuda de medio vaso de caldo hasta obtener una salsa homogénea (en Thermomix, 1 minuto velocidad 8) y vuelve a mezclar en la olla con el resto de ingredientes.
5º. Pon al fuego sin tapa la olla y deja hervir un par de minutos para que todos los sabores se integren bien.
Sirve en un plato o en una cazuelita como las mías: pon un par de trozos de patata en el fondo y arriba unos trozos de pollo. Riega con la salsa y decora con una ramita de romero. Llena la salsera y ponla en la mesa y acompaña con un buen pan (¡vais a querer tomaros la salsa seguro, está buenísima!).
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