En casa consumimos mucho pollo. Es muy socorrido, barato, con mucha proteína y poca grasa y con mil posibilidades de preparación.
Desde las recetas tradicionales de guisos como la pepitoria, la riojana, hasta los asados con vino, cerveza... Las alitas al horno nos flipan, el pollo frito es un manjar en sí mismo y los escalopes empanados nos transportan a la niñez.
Hace unos años descubrí los currys, tandoori y otra clase de preparaciones con especias. Pero me faltaba el satay. Es una forma de cocinar las carnes ensartadas procedente de Indonesia, Java o Sumatra, vamos como nuestras brochetas o pinchos morunos. Por eso es redundante poner en el título Pollo Satay en brochetas, pero así os lo aclaro.
La salsa es una delicia en sí misma y puedes estar mojando en ella hasta pan de lo rica que está. He hecho un compendio de mil formas que he visto de cocinarlo y ha salido muy, muy digno. Vamos allá!!
Para 4 personas:
1 pechuga entera de pollo (unos 650 g)
1 cebolla
1 diente de ajo
1 lata de leche de coco
1 cucharada de miel
salsa de soja
zumo de limón
1 cucharada sopera grande de mantequilla de cacahuete
50 g de cacahuetes
1 pizca de curry
aceite de oliva
sésamo
Se pone en un recipiente la salsa de soja y el zumo de medio limón y se deja la pechuga de pollo a macerar durante una hora.
Se pone un poco de aceite en una satén o cacerola y se pocha a fuego bajo la cebolla picada y el ajo muy picado. Cuando estén blandita se agrega la manteca de cacahuete, los cacahuetes picados muy finos, el macerado de las pechugas, una cucharada de miel y la leche de coco. Se deja cocinar unos instantes.
Se vierte la salsa en el vaso de la batidora y se bate enérgicamente hasta que quede fina.
Se van preparando las brochetas. Se ensartan los palitos a lo ancho en cada media pechuga y luego se cortan en tiras paralelas a las brochetas.
Es mejor hacer con el palo como si fuera un pespunte, es decir, meter y sacar la brocheta en el pollo varias veces.
Se pone un poco de aceite en una plancha o sartén (o al horno si os resulta más fácil) y se doran las brochetas hasta que se haga el pollo.
Se espolvorean con semillas de sésamo y con sal, si fuera necesario, y se emplatan con la salsa muy caliente. Se puede acompañar con arroz Basmati.