Desde su difusión al resto del mundo en 1601, el té suscitó un gran interés por sus virtudes curativas, y fue con la fundación en Francia de la Cofradía de los Maestros del Té por Jean y Jaques Jumeau-Lafond cuando se tuvo un conocimiento más profundo de esta legendaria bebida.
El mítico inventor del té fue el emperador Shen-Nong, y en el transcurso de los milenios el té originó muchas modas en la forma de tomarlo no solamente en China sino también en Japón y en Corea. La más antigua se remonta a la dinastía de los T’ang (618-907), el té se consumía en forma de bolita ablandada por el calor y luego pulverizada entre dos hojas de papel; cuando el agua comenzaba a hervir se le añadía sal, y al primer hervor, el té y, por último, un cacillo de agua fría. La segunda manera es la de los Song (960-1279): el té pierde entonces su aspecto “sólido” para consumirse en forma de polvo verde que se convierte en espuma al batirlo; es esa “espuma de jade” que, todavía hoy, es el centro de la ceremonia japonesa del Cha no yu. Posteriormente, cuando los Ming tomaron el poder, solo conocían el té en infusión; y fue precisamente este té el que descubrieron y adoptaron los occidentales, y con él sus múltiples propiedades.
Propiedades y virtudes del Té
Acción sobre el sistema cardiovascular
El ritmo cardíaco se acelera ligeramente, al igual que aumenta la amplitud de las contracciones cardíacas; en efecto, a través del sistema nervioso, la teína que contiene el té actúa directamente sobre el miocardio. Esto provoca un aumento de la tensión, lo que produce en la persona una compensación: una ligerísima vasodilatación periférica, así como una dilatación coronaria, lo que mejora la circulación.
Acción sobre el sistema respiratorio
Los centros respiratorios son estimulados cuando se consume té, y aumenta la capacidad pulmonar.
Efecto sobre el sistema muscular
Algunas investigaciones han demostrado que la teína contenida en el té mejora la actividad muscular y la precisión en los movimientos del cuerpo en deportistas.
Posee minerales
El té contiene diversos minerales entre sus componentes, aunque varía la cantidad entre ellos. El cobre y el hierro ayudan a combatir la anemia, aunque la cantidad contenida en una taza no es muy alta. Aunque también posee potasio (muy bueno para eliminar líquidos), níquel, silicio (fantástico para la piel), magnesio, zinc, fósforo y calcio. El sodio se presenta en una cantidad ínfima, por lo que es una bebida recomendada para personas obesas o con edemas, y en cuanto al flúor es lo que hace del té una bebida excelente, puesto que protege los dientes y las encías.
El Té está lleno de vitaminas
Vitamina A: La presencia de carotenos es lo que proporciona el aroma tan particular que posee el té.
Vitaminas del grupo B: El té contiene gran cantidad de estas vitaminas, fundamentales para mantener en buen estado el sistema nervioso.
Vitamina C: Al poseer esta preciada vitamina el consumo habitual de té proporciona un interesante estímulo para el hígado y los riñones.
Vitamina E: Es un potente antioxidante, y la podemos encontrar sobre todo en los tés de Ceilán y de la India.
Vitamina P: La acción vitamínica de los flavonoles está muy recomendada para mejorar la resistencia de los capilares, lo que resulta muy beneficioso para personas con problemas de circulación.
El Té es una bebida privilegiada testigo del Tiempo, su perfume crea con nosotros un momento de pequeña intimidad, y los siglos y paisajes se arremolinan en nuestra mente como hojas en infusión.
Fuentes: El Libro del Amante del Té, VVAA.
Por Reyes Lucena, elogiodeltexto.com