¡Qué genial! Estaba deseando que llegara este día. Y es que desde ya mismo empiezo a trabajar en mi obrador. Tenía unas ganas locas de volver. No obstante , aviso de que la vuelta va a ser muy paulatina.
Desde ahora, y hasta que no os anuncie lo contrario, solamente trabajaré a puerta cerrada y bajo pedido. La tienda, por tanto, no va a estar abierta al público, así que no habrá expositor con pasteles para llevar. Quien desee alguna tarta o algún producto de pastelería individual tendrá que ponerse en contacto conmigo a través de llamada, whatsapp o mensaje directo en mis perfiles sociales y encargar aquello que quiera con una antelación de tres o cuatro días, mínimo. Se debe a que en estos momentos, no voy a permanecer allí de diez a doce horas diarias, como antes, por lo que no podré improvisar una tarta de una día para otro. En cuanto a la entrega, se realizará siempre en mi establecimiento, con cita previa con todas las garantías sanitarias para todos. No me gustaría resultar redundante, pero quiero recalcar que no realizaré entregas a domicilios particulares. Siempre nos veremos en mi local.
Confieso que durante el confinamiento no fui más que tres días a la pastelería: a recoger productos próximos a caducar o para traer a casa material, y es que, como bien dice el refrán: “En casa del herrero, cuchillo de palo”, en la cocina de mi casa no tengo prácticamente nada de material para hornear. En mi hogar, escasea todo tipo de herramientas e ingredientes reposteros: que si moldes, que si soplete, que si sprinkles, que si un rallador en condiciones... Y cada día que fui, la pena fue mayor. Verlo cerrado, con las vitrinas vacías, la nevera pelada y mi bolsa cargada de ingredientes que iban a perecer me produjo una lástima bestial. Solo espero que seamos responsables y que, ahora que vemos una pequeña luz al final del túnel, no la pifiemos y no volvamos para atrás. No nos dejemos llevar por el veranito, las terracitas y las vacaciones. Tenemos que ser muy conscientes de que retroceder sería fatídico. Así que, por favor, mesura, calma, y continuemos así, tomando todas las medidas que están en nuestras manos para frenar la expansión.
Y dicho esto, voy con la receta. Lo primero de todo, que el título no os lleve a engaños. Le he dado la denominación de “ligera” por eso de que es una quiche sin una masa que haga de base, pero os aseguro que contiene de todo lo rico. No es un engrudo de leches desnatadas o bebidas vegetales con aceites infumables. No. Nada de eso.
Es una quiche como Dios manda, pero que la aligeramos al hacerla sin base. Contiene, además, una de las combinaciones que más me puede gustar: aguacate (¡¡me he vuelto a aficionar al aguacate; tanto es así, que lo como prácticamente a diario!!), beicon, tomate y queso tipo feta (podéis sustituirlo por queso de rulo de cabra, que quedará igualmente fetén). Espero que os guste y, como siempre, que la pongáis en práctica más pronto que tarde. Un millón de besos.
Quiche ligera de aguacate, feta y tomatitos:
INGREDIENTES (para un molde de unos 20cm de diámetro):
Receta adaptada de The Whole Some Dish
6 huevos L
60g de leche entera
1/4 de cucharadita de sal
1/4 de cucharadita de pimienta recién molida
200g de queso feta, cortado en dados
5 lonchas de beicon ahumado
1 aguacate
Tomatitos cherry
PREPARACIÓN
Engrasamos el molde y precalentamos el horno a 170ºC
En primer lugar, cortamos en el beicon en cuadrados de unos 2cm y lo cocinamos durante un minuto en el microondas. Reservamos.
Por otro lado, pelamos el aguacate y lo troceamos.
Lavamos los tomatitos y los cortamos por la mitad.
En un bol, mezclamos los huevos con la leche y salpimiéntanos. Agregamos el queso, el aguacate y el beicon.
Vertemos en el molde, colocamos los tomatitos en la superficie y horneamos 30 minutos a 170ºC.