Hacía mucho que no quedaba a comer con mi amigo Sebak, así que el otro día me fui a su casa y me preparó una comida digna de un faraón. Sebak es de origen egipcio y lleva ya más de diez años en Barcelona. Lo conocí en la empresa donde trabajaba antes y desde entonces nos hicimos buenos amigos.
Me preparó una rica ensalada de naranja y menta y luego un cuscus de cordero fantástico. Cuando creí que ya iba a explotar apareció con un bizcocho extrajugoso y un vaso de té.....como iba a decirle que no!!!. Le dije que tenía que pasarme la receta y que cocinaba como los ángeles y noté cierta sonrisa en su cara....así que le interrogué sobre quien había preparado todo eso, que estaba seguro que por su risa no había sido él y gracias a mi ligera insistencia (más de media hora diciendo...dimelo porfa porfa porfa porfaaaaaaa), terminó confesando que eran táperes de su nueva novia y el bizcocho se lo había traído ese mismo día expresamente para mi.....si es que!!!!!. Llame a la chica para que nos acompañara en el postre (que vive en la puerta de al lado, la erótica de la vecindad) y le pedí encarecidamente la receta del bizcocho y ella encantada me la dio. Hacen una pareja perfecta.
Aquí tenéis el resultado que habla por si sólo, un bizcocho extrajugoso y muy sabroso que de verdad de la buena es de lo mejor que he comido en muuuuuucho tiempo....
- INGREDIENTES:
220 gr de harina
130 gr de azúcar
3 huevos
250 gr de calabacín
1 cucharilla colmada de canela
1 cucharilla rasa de cardamomo molido
1 pizca de nuez moscada
1 puñado de nueces
1 puñado de pasas
10 gr de levadura en polvo
100 ml de aceite de girasol
Sal
Para decorar y acompañar
Azúcar glass
Nata (crema de leche) fresca
- ELABORACIÓN:
Encendemos el horno a 180º C.
Comenzamos rallando el calabacín. Reservamos.
En un cuenco grande batimos el azúcar con los huevos, al menos hasta que duplique su volumen, unos cinco minutos.
Vamos añadiendo poco a poco el aceite de girasol sin parar de batir, para que la mezcla esté bien esponjosa.
Mezclamos en un bol las especias con la harina y la levadura y la vamos añadiendo tamizada a la mezcla de huevos y azúcar removiendo con cuidado de que no se baje.
Incorporamos después una pizca de sal y el calabacín rallado. Mezclamos bien.
Pasamos a un molde de horno redondo (yo utilicé uno de 24 cm de silicona...si se utiliza metálico hay que engrasarlo previamente). Esparcimos por encima las nueces y las pasas y metemos en el horno.
Depende del horno pero tardará unos 35-40 minutos, hasta que veamos que la superficie está dorada y comprobemos que un palillo sale limpio.
Apagamos, sacamos del horno y dejamos enfriar antes de desmoldar. Espolvoreamos con un poco de azúcar glass y al servir lo acompañamos de una cucharada de crema fresca.
- MARIDAJE:
Por supuesto un buen té es perfecto para resaltar los toques especiados de este rico postre. También puede tomarse con una copas de moscatel bien fresquito.
- COSTE: barato.
- DIFICULTAD: fácil.
- TIEMPO: 50 minutos.
- CALÓRICO: un día es un día.