La receta de pasta que os pongo, vale tanto para hacer pasta rellena, como es este caso, como para hacer tallarines o espaguetis. Si no teneis la maquina para hacer pasta, la podéis sustituir perfectamente por un rodillo y un buen cuchillo.
INGREDIENTES
Pasta fresca
1 huevo
100 gr de harina
1 cucharada de aceite de oliva.
Relleno de espinacas y ricota
1 cebolla.
500 gr. de espinacas
300 gr. de queso ricota.
1/2 vaso de leche
AOVE
1 c.s. de harina.
Sal.
Pimienta negra.
ELABORACION
Empezamos con la pasta. Yo, para los 6 que somos, he hecho 300gr de harina, es muy facil modificar las cantidades, es siempre igual, 1 huevo por cada 100gr de harina. Hacemos una montaña con la harina y en un hueco central echamos los huevos y el aceite, y vamos mezclando hasta que todo este bien integrado. No hace falta que amasemos mucho, no nos hace falta que se desarrolle el gluten. Hacemos una bola, lo envolvemos en papel film y lo dejamos reposar al menos 30 minutos en la nevera.
Ahora nos ponemos con el relleno. Pochamos la cebolla en aceite, con sal y un golpe de pimienta y cuando este transparente añadimos una cucharada de harina, dejamos que se cocine, removiendo frecuentemente, y echamos la leche, mezclamos bien y las espinacas a la sartén. Las espinacas van a perder muchísimo volumen, cuando estén bien integradas toca añadir el queso. Si no encontráis ricota, con requesón queda muy bien, cocinamos hasta que nos quede una mezcla melosa, retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.
Mientras se enfría vamos a estirar la pasta. Si tenéis maquina de pasta fresca, simplemente es pasarlo por ella aumentando el numero hasta el grosos que deseemos, a mi no me gusta muy gruesa y la estiro hasta el penúltimo numero, pero esto va al gusto. Si no tenemos maquina de pasta nos toca estirar la masa con un rodillo, hacemos bolas de masa, enharinando bien la mesa de trabajo y la trabajamos hasta dejarla bien finita.
Una vez estirada la masa, de la manera que elijamos, ponemos una capa de masa, sobre la mesa de trabajo, enharinada o aceitada. Con la ayuda de una cuchara, ponemos montoncitos del relleno, separando unos de otros unos 2 dedo¡s, humedecemos con agua al rededor del relleno y cubrimos con otra lamina igual de masa. Cortamos nuestros raviolis con un corta pasta, con un aro de emplatar o con cuchillo.
Ya solo nos queda cocerlos en agua abundante con sal, y acompañarlos con nuestra salsa preferida.
Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará Juan 14, 23