Por eso , si buscas alternativas a los tradicionales gazpacho y salmorejo, a continuación te proponemos una deliciosa y sanísima sopa fría que seguro te va a encantar; se trata del ajoblanco, cuya receta te mostramos en las próximas líneas. ¡No te la pierdas!
¿Cómo se hace el ajoblanco?
Como comentábamos al inicio de este artículo, el ajoblanco es una sopa fría, muy típica de las regiones del sur de España (especialmente en Extremadura y Andalucía), que se elabora a partir de una mezcla de almendras (como ingrediente principal), agua, pan, aceite de oliva virgen extra y vinagre, entre otros. Se dice que esta sopa tiene origen romano, un plato de origen humilde dados sus ingredientes, que los soldados y el pueblo de aquel entonces solía consumir.
Al igual que ocurre con el salmorejo o el gazpacho, es imprescindible que el ajoblanco se sirva bien fresquito en un recipiente o bol hondo. Si no sabes con qué otros ingredientes puedes acompañarlo, a nosotros nos encanta degustarlo con frutas cortadas como uvas, trocitos de manzana, melón e incluso taquitos de jamón. No obstante, también combina a la perfección con los pescados en salazón como las sardinas, el atún, la corvina o el bacalao. Con todas estas posibilidades, seguro que ya tienes en mente tu acompañamiento favorito. ¿Verdad?
Dependiendo de la región en la que nos encontremos, existen distintas formas de elaborar el ajoblanco, pues nos encontramos con variedades extremeñas, almerienses, malagueñas, corbdobesas… Todas ellas deliciosas y que puedes probar una a una, encontrando tu ajoblanco preferido. No obstante, hoy te enseñaremos a preparar la variedad más extendida y generalizada de este plato; el ajoblanco malagueño.
Si ya tienes ganas de preparar este plato, a continuación te dejamos con todos los ingredientes que necesitarás para elaborar esta receta de ajoblanco. ¡Llévatela al supermercado y no olvides ninguno de estos productos!
Ajoblanco: ingredientes
El ajoblanco es un plato bastante económico, pues sus ingredientes principales no son demasiado costosos, de ahí el origen humilde de esta sopa fría.
¿Lo mejor de esta receta? Pues además de su sencilla elaboración, es que puedes preparar una buena cantidad de ajoblanco y guardarlo en el frigorífico durante 3-4 días. ¡Una receta perfecta para todos aquellos que tengan poco tiempo para dedicarle a la cocina!
Para elaborar una deliciosa receta de ajoblanco necesitarás estos ingredientes:
150 gr de almendras peladas y crudas. Nosotros recomendamos la variedad Marcona.
300 ml de agua.
Miga de pan (2 trocitos).
50 ml de aceite de oliva virgen extra.
1 cucharada generosa de vinagre de Jerez.
1/2 diente de ajo.
Pizca de sal.
¿Ya dispones de todos estos ingredientes para el ajoblanco? Pues ponte el mandil que comenzamos.
Receta de ajoblanco
Como verás a continuación esta receta de cómo hacer ajoblanco es extremadamente fácil. ¿Dispones de batidora? Este será el único utensilio que necesitarás para hacer esta fácil elaboración cuya preparación te detallamos paso a paso:
La noche anterior a la elaboración de esta receta, deberás introducir las almendras en un bol grande y cubrirlas con el agua. Las trituramos (levemente) para que la almendra quede en trocitos y echamos dos pedacitos de miga de pan. Deberás dejar reposar esta mezcla toda la noche para que las almendras se re-hidraten. Con este paso conseguimos que nos quede un ajoblanco más cremoso y suave. ¡No te saltes este paso, es fundamental para que tu ajoblanco quede buenísimo!
A la mañana siguiente, podremos continuación con la elaboración del ajoblanco. Para ello, trituramos por completo la mezcla anterior.
A continuación le añadimos el AOVE, la cucharada de vinagre de Jerez y la pizca de sal. Continuamos triturando hasta obtener una mezcla uniforme y sin grumos.
Por último, para que nuestro ajoblanco quede más fino, lo pasaremos por un colador. Rectificamos de AOVE y sal (añadimos más si es necesario).
Ahora solo tendrás que meter el ajoblanco en el frigorífico y servir bien frío. A nosotros nos encanta comerlo con unas uvas dulces y unos taquitos de jamón. Pero si lo prefieres, puedes tomarlo con unos pedacitos de manzana o melón.
Ya verás como te engancharás a esta comida refrescante, ligera y a la vez saludable. Un plato ideal para consumir en verano, pero que también puedes tomar en primavera y otoño.
¡Bon appétit!