¡Buenos días!
Ayer ya os comenté por redes la importancia de aprovechar algunos tipos de carne que descartan únicamente por estética, ya que podemos encontrar auténticas gangas como el caso que os mostré en Instagram ayer ()
Se trata de falda o puntillita de cordero, es decir, la punta de las costillas de cordero que desechan para que todas las costillas tengan exactamente el mismo tamaño.
En este caso estamos ante las puntas de las costillas de un cordero ecológico con denominación de origen de Aragón cuyas costillitas seguramente se han vendido a más de 20€/kg y que han dejado a 595€/kg siendo ideales para hacerlas guisadas o en una caldereta (Aquí puedes ver la receta).
Hoy las he preparado al ajillo, que es una preparación muy sencilla y sabrosa que resalta el sabor del cordero.
Ingredientes para 4 personas:
1 Kg de cordero
6-8 dientes de ajo
1 rama generosa de perejil, a poder ser fresco
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1 vaso de vino
1 vaso de agua
Sal y pimienta
Preparación
Primero de todo tenemos que trocear el cordero y quitarle los trozos de grasa que algunas veces hay en las puntas. (Si habéis ido a una carnicería de confianza esto os lo puede hacer el carnicero).
Lo salpimentamos y lo ponemos en una cazuela con una gotita de aceite y doramos un poco los trozos .
Cuando ya lo tengamos dorado añadimos el ajo troceado muy pequeño o machacado. ¿Conocíais este aparatito? Se trata de un machaca ajos o prensa ajos:
No hace falta ni pelar el diente de ajo, lo metes, apretas fuerte y te sale a presión el ajo machacadito y listo para ser cocinado, desprendiendo todo su sabor sin que se pueda encontrar ningún tropezón desagradable. Yo lo descubrí viendo videos de cocina de Jamie Oliver y desde entonces lo uso muchísimo.
Si os fijáis en la foto de la cazuela se puede ver como el ajo ha quedado esparcido por toda la carne sin tener que remover si quiera!
Añadimos también el perejil picado y el pimentón dulce. Removemos todo y ponemos el vino, a fuego alto para que evapore el alcohol. Si no os gusta utilizar vino podéis substituirlo por algún caldo que tengáis a mano ya sea de pollo o de verduras, pero he de decir que el vino le da un sabor muy característico a este plato, aunque seguro que también queda muy bueno.
En 2-3 minutos ya habrá evaporado todo el alcohol y podremos añadir el agua, bajar a fuego medio y taparlo para que haga chup chup un poquito. El tiempo como siempre os digo depende mucho del tamaño de los trozos y de la calidad de la carne, pero en general en 20-30 minutos tiene que estar, pero probarlo.
No tengáis miedo de probar lo que cocináis, solo de esta manera podréis ver si tenéis que rectificar de sal o si la carne aún no está en su punto. Dicen que los grandes cocineros no necesitan probar la comida pero pensar que para llegar a ese punto llevan años y años cocinando muchas horas al día.
A mí me gusta dejar reducir bastante la salsa, lo justo para que manche el plato pero que no quede liquida ya que así la carne absorbe todo el sabor y queda mucho más jugosa y tierna.
¡Espero que os haya gustado!
Un abrazo,
Mónica