A 3 euros los 125 gr. de frambuesas, y aún existiendo una humedad ambiental lo suficientemente elevada como para tener que comprobar el interior de cada una de ellas en busca de mohos, barbas y otros rasgos hipster que nos hicieran descartarlas por modernas, vamos elaborar una receta con frutos del bosque que mezcla esos rasgos dulces y ácidos que tanto gusta a algunos de vosotros, oh amados y pacientes lectores. Hoy vamos a enseñaros a cocinar «Financiers de frutas del bosque y frambuesa».
Los financiers son pequeños y compactos bizcochos de origen francés, elaborados con forma ovalada y una base de harina de almendra como ingrediente estrella. Estos bizcochitos reciben su nombre -según Wikipedia- de los financieros, que consumían este tipo de dulce porque podían comerlos sin mancharse las manos. Como la fama de éstos se ha ido ensuciando a raíz de los acontecimientos de los últimos años, hemos decidido inyectarles un relleno pringoso y sanguinolento que les imprima algo más de carácter y los represente con más fidelidad. Os prometemos que un día elaboraremos los "banquers", así que id guardando todo tipo de pañales sucios y calzoncillos sudados, que os harán falta como materia prima.
INGREDIENTES (para 12 financiers aprox.)
130 gr. de harina de almendra
30 gr. de harina de trigo
110 gr. de azúcar
75 gr. de mantequilla
3 huevos grandes
Media cucharadita de café de esencia de vainilla concentrada
Una pizca de sal
Mermelada de frutos rojos o de frambuesa
12 frambuesas para decorar
Azúcar glass para decorar
PREPARACIÓN
Como ya conocéis de otras preparaciones, vamos a mezclar los ingredientes secos por un lado y los líquidos por otro a excepción de los huevos.
Empezamos mezclando las harinas junto al azúcar y la sal. Parece algo realmente estúpido, pero esta mezcla hará que todos los ingredientes queden repartidos homogéneamente.
Separamos la clara de los huevos y la batimos hasta conseguir una mezcla espumosa. No llegamos al punto de nieve, sino que batimos hasta que no quede clara líquida por ningún lado y ésta se haya transformado en una espumosa mezcla en la que desearíamos sumergirnos con una copa de ponche, cuatro velas de aroma a canela y 95 niveles de Candy Crush por delante.
Es importante no dejar reposando las claras en exceso o empezarán a bajarse y a rezumar un líquido recubierto de espumarajos parecido a un mastín de 80kg. frente a un codillo de cerdo, por lo que habría que volver a batir nuevamente.
Añadimos las claras espumosas a nuestra mezcla de harinas e incorporamos tanto la mantequilla en trocitos como la esencia de vainilla. Es importante que las claras batidas siempre se incorporen poco a poco al resto de ingredientes, y no al contrario, o éstas se bajaran y su misión de añadir esponjosidad a las masas habrá fracasado estrepitosamente. Lo mezclamos todo muy bien con ayuda de una espátula hasta que terminemos con un engrudo grumoso, ligeramente espeso y de aspecto un tanto vomitivo. No nos juzguéis, es lunes y todo nos parece hoy un tanto sucio y negro. En nuestro caso, además tuvimos que aplicar un poco de presión a medida que mezclábamos para ir disolviendo poco a poco los trozos de mantequilla que estaba demasiado fría. ¡Bingo!, habréis deducido que es conveniente mantenerla a temperatura ambiente.
Es hora de precalentar el horno y dar de comer a todos esos ex-políticos ahora consejeros de vuestra compañía eléctrica. Apretad el botón mágico y observad como el LED de vuestro contador eléctrico enloquece mientras lo precalentamos a 180ºC.
Engrasamos un molde antiadherente para magdalenas o muffins directamente, esta vez no usaremos cápsulas ni nada, para ello extendemos una capa de mantequilla o unas gotas de aceite con una servilleta de papel y rellenamos hasta la mitad con la masa. Añadimos una cucharadita de mermelada de frutos rojos o de frambuesa y la cubrimos con más masa hasta casi completar el molde. No os asustéis, los financiers son el Danny de Vito de los bizcochitos y apenas crecerán en el horno. Los decoraremos con una frambuesa que le darán ese toque cool y jovial de adolescente con espinilla XXL en la frente.
Hornearemos entre 15 y 18 minutos a 180ºC y nuestros doraditos financiers de frutos rojos y frambuesa estarán listos para manchar esos deditos finos y afeminados de broker de Wall Street con nuestra pringue azucarada y maliciosa. Los espolvorearemos con un poco de azúcar glass para decorar y voilá.
¿A que saben? Es una mezcla curiosa a medio camino entre los sabores y los aromas avainillados y suaves de un bizcocho fino, la textura melosa, jugosa y fresca de la mermelada y la contundencia ácida de la frambuesa que te hará salivar. Una progresión creciente de intensidad que explotará en la boca, pero una combinación un poco arriesgada no apta para todos los públicos. No es el pastel que nosotros elegiríamos para desayunar, sino como un tentempié de media mañana o para acompañar al café de sobremesa.
La frambuesa es un fruto que al paladar se nota muy marcado, casi artificial, algo que a veces gusta encontrarse y otras veces te hará creer que lames un ambientador de baño. A 3 euros los 125gr. no dudamos que también sirva para este propósito, pero lo mejor es que lo probéis vosotros y juzguéis. Y sí, somos capaz criticar nuestra propia receta, porque en el fondo somos unos marujos cotillas y malotes de barrio.