Confieso que hasta hace poco tiempo, pensé que la zanahoria era originaria de América (como las mejores cosas en esta vida... tomate, papa, cacao, vainilla...etc, jejeje!) y siempre fue naranja. Pues nada más lejos de la realidad! Esta pariente del perejil, el hinojo, el eneldo y el comino, es originaria de Asia central (Irán, Afganistán) y se cultivaba para utilizar sus hojas y semillas ya sea como especie o en la medicina. La raíz comenzó a usarse en el siglo I, pero eran de color amarillo o púrpura. En el siglo XVI, los holandeses mejoraron la especie, seleccionaron las de color naranja y produjeron las cuatro variedades que se consumen actualmente en casi todo el mundo.
El uso de las zanahorias en la repostería también se conoce desde la edad media, ya que se usaba para endulzar las masas (por su contenido en azúcares). Luego de la segunda guerra mundial debido al racionamiento y a que el azúcar era muy escasa, hubo un auge en el uso de zanahorias en la repostería.
Las tortas de zanahorias son muy populares en Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Suiza y Brasil. En cada país han cambiado y adaptado las recetas de acuerdo a los ingredientes que tienen a mano.
En Brasil se come con una cubierta de chocolate negro y se usa la zanahoria licuada. En Gran Bretaña se comen los budines (bundt o loafs) de zanahoria. En Estados Unidos suele hacerse con un relleno o cobertura de crema hecha a base de queso crema.
En Alemania es muy popular la receta suiza (Rübli : zanahoria). Tiene el encanto de no tener lactosa ni gluten, así que es una opción muy rica para aquellos que tienen este tipo de intolerancia. Pero tiene el inconveniente de que en algunos países no es tan fácil conseguir las almendras molidas y hay que pelarlas y molerlas. Sé que es mucho trabajo pero vale la pena!
A mi particularmente, me gustan mucho las tortas que tienen un gran porcentaje de vegetales porque les dan mucha humedad al bizcocho (también hicimos una receta de torta de papas que nos sorprendió muchísimo). La receta de hoy es una modificación de la de Úrsula Grüninger del libro "Backen" (sigloch edition).
Ingredientes
Para una torta de 26 cm ó 2 de 16 cm ó 9 mini tortas de 8 cm ó 18 cupcakes
- zanahorias, 250 g
- huevos, 5
- azúcar morena, 200 g (pero no pasa nada si se pone azúcar común!)
- extracto de vainilla, 1cdita
- sal, 1 pizca
- polvo de hornear o levadura química, 1 y 1/2 cdita
- almidón de maíz (maizena) 60 g (si no se es intolerante al gluten se puede poner harina común)
- almendras molidas, 300 g
- cogñac o similar, 1-2 cdas
- margarina o aceite para engrasar el molde
Para el glaseado
- azúcar impalpable, 200 g
- ron, 2 cdas (evidentemente, si hay niños, reemplazar por jugo de limón o agua)
- jugo de limón, 3 cdas
opcional
- mini zanahorias de mazapán
A trabajar
Precalentar el horno a temperatura moderada (180 ºC).
Engrasar el/los molde/s con la margarina, aceite de sabor neutro o manteca (mantequilla).
Lavar, pelar las zanahorias y rallarlas con un rallador mediano (claro que esto es cuestión de gusto y si quieren un bizcocho con menos textura, rallarla bien fina).
Separar las yemas de las claras. Batir las claras con la sal y el azúcar hasta conseguir una mezcla espumosa.
Mezclar los ingredientes secos (almidón, levadura química, y almendras molidas) y agregarlos a la preparación de las yemas y azúcar. Agregar el cogñac y mezclar bien (no asustarse que queda una masa pesada!).
Batir las claras a nieve. Agregarla a la preparación anterior en tres veces con movimientos envolventes.
Colocar en el molde y hornear a temperatura moderada (una torta grande lleva entre 50 a 60 minutos, las formas más pequeñas, menos tiempo: mini tortas aproximadamente 20 min y cupcakes 15 min).
Retirar del horno y dejar enfriar completamente.
Glaseado
En un bol colocar el azúcar impalpable y agregar el ron y el jugo de limón. Integrar bien (queda bastante espeso).
Colocar sobre la/s torta/s y esperar a que se seque.
Por último decorar ya sea con las zanahorias típicas de mazapán (acá se compran en el supermercado), flores de azúcar, o flores naturales!
Es mejor si dejamos descansar la torta glaseada una noche (o un día) ya que la miga queda más jugosa y el sabor de la torta se equilibra.
Guten Appetit!