En la cocina no debería haber lugar para este tipo de discusiones, pues se considera un arte libre.
Probablemente, la salsa carbonara sea la más internacional de cuantas ha dado Italia, aunque no es tan antigua como cabría esperar.
El origen de la carbonara se remonta al año 1839, en los Apeninos, una zona del norte del país en la que existe una alta presencia de actividad minera.
Los mineros se veían obligados a tomar los platos de pasta con esta salsa nada más ser servidos, pues de otro modo el huevo se cuajaría. Asimismo, algunos señalan, que la pimienta negra presente en el plato, es una metáfora que hace alusión al carbón.
La primera receta publicada aparece en Cucina teorico-pratica, del napolitano Ippolito Cavalcanti.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, y ante el hastío que producía en las tropas británicas y norteamericanas el hecho de comer diariamente bacón con huevos, surgió una revisión de esta popular receta.
Cuentan que los soldados acudieron a una casa para que les preparasen otra comida que no fueran los típicos huevos con bacón, a lo que, de manera acertada, una familia italiana les proporcionó unos espaguetis al dente con huevo batido, ajo y unas virutas de bacón que remataban el plato.
Este plato conquistó el paladar y el corazón de las tropas anglosajonas, que se llevaron la carbonará a sus respectivos países. Con el paso del tiempo, variaciones como la en muchos casos denominada carbonata, empezaron a popularizarse.
Los italianos mantienen la tradición más directa, con una salsa canónica que lleva exactamente: huevos, guanciole, pecorino y pimienta negra.
Cómo hacer salsa carbonara en Thermomix
Con la ayuda de nuestra Thermomix, aprenderemos a preparar, tanto la receta original de la que presumen orgullosos los italianos, como aquella de la que reniegan, pero que tan rica nos parece a muchos.
En apenas 15 minutos tendremos listo un aderezo perfecto para la pasta.
Ingredientes:
Guanciole (original) 150 g. - Comprar
Queso pecorino (original) 100 g.
Huevos (M) (original) 2 unidades
Aceite de oliva virgen extra (original) 15 g.
Sal (original) 8 g.
Pimienta negra (original)
Bacón (carbonata) 200 g.
Parmesano (carbonata) 80 g.
Cebolla (carbonata) 40 g.
Aceite de oliva virgen extra (carbonata) 15 g.
Nata (crema de leche) para cocinar (carbonata) 200 g.
Pimienta negra (carbonata)
Sal 8 g. (carbonata)
Elaboración:
El guanciole es una chacina muy apreciada en Italia. Se parece al bacón, se presenta en un formato sin ahumar, y está preparada con los carrillos del cerdo. Esta se frota con un poco de sal, pimienta negra y pimentón, y se cura durante al menos 3 semanas. En caso de que no podamos encontrarlo, puede sustituirse perfectamente por panceta. Los demás ingredientes son fáciles de encontrar, y al igual que he reemplazado el guanciole, lo mismo podríamos hacer con los quesos. ¡Siéntete libre de interpretar la receta como desees!
Primeramente, aprenderemos a elaborar la salsa original, ciñéndonos estrictamente a la receta italiana. Trituraremos el queso hasta casi reducirlo a polvo, por lo que lo pondremos en el vaso y lo programaremos 10 segundos a velocidad 10. Muchos de los quesos italianos son particularmente duros, por lo que resisten muy bien este tipo rallado. Si usáramos un queso más blando, quizá sería conveniente que este paso lo realizáramos manual con un rallador, o de otro modo podríamos llegar a obtener una especie de engrudo.
Lo pasaremos a un bol y reservaremos. A continuación, cortaremos con un cuchillo bien afilado, el guanciole o la panceta, en tiras de aproximadamente un centímetro, retirando para ello la corteza y los huesecillos que pudiéramos encontrar. Pondremos al aceite en el vaso, junto a al elemento cárnico escogido y sofreiremos durante 5 minutos, a 120º grados y velocidad 1. Retiraremos la panceta, la reservaremos en un plato, y limpiaremos bien el vaso antes de proceder al paso siguiente.
Incorporaremos los huevos a la vez que el queso rallado. Salpimentaremos la mezcla y programaremos 15 segundos a velocidad 4, lo que integrara perfectamente todos los ingredientes. Ahora tan solo queda agregar la panceta y utilizar nuestra salsa en un plato de pasta a nuestra elección, aunque también puede servir para, por ejemplo, preparar un rico arroz.
En cambio, si preferimos una versión más actualizada -y controvertida- tendremos que proceder de la siguiente manera. Al igual que en la receta anterior, rallaremos el queso durante 10 segundos a velocidad 10, y lo reservaremos. Echaremos el aceite y la cebolla en el vaso, troceándola 6 segundos a velocidad 4. Seguidamente, sofreiremos todo durante 4 minutos a 120º grados y velocidad 1.
Añadiremos el bacón y volveremos a sofreír, esta vez a 120º grados durante 3 minutos, con giro inverso y velocidad cuchara. Verteremos la nata (crema de leche) y la pizca de sal, y programaremos 5 minutos, función Varoma, con giro inverso y velocidad cuchara. También podemos enriquecer la salsa con un huevo, mezclándolo 2 minutos, con función Varoma, giro inverso y velocidad cuchara. Salsearemos nuestra pasta y como colofón espolvorearemos el queso rallado.
¡Qué aproveche!
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